
Los villanos son parte esencial de cualquier buena historia que se precie. Un icono que el western ha contribuído a destilar por su condición argumental y la violencia implícita del género.
Aunque multitud de malvados han poblado las pantallas, solo unos pocos han sido llamados a ocupar para siempre un lugar destacado en nuestra imaginación, distinguidos por sus rasgos más pronunciados o los excesos con los que fueron caracterizados.
Esta es mi particular selección, orientada a señalar los más singulares papeles protagonistas que acertados creadores (guionistas, directores, actores...) inmortalizaron como personalidades del Mal en los imaginarios confines del Oeste.

Sí, amigos, Little Bill es un verdadero hijo de puta, un cafre cobijado bajo el manto de una ley que utiliza a su antojo, un personaje tan real, por otro lado, que no hay que rodar mucho para tropezársele detrás de cualquier chapa. Por esto mismo no resulta tan encantador o fabuloso como otros, pero es justo su descarnada humanidad la que le convierte quizás en el villano más repugnante de cuantos se enumeran. Un malvado con la suficiente mala uva para merecer el tercer puesto de este ránking de indeseables.
Sergio Leone se había empeñado en que Henry Fonda interpretase al villano de la historia, algo que el actor reconoció no entender hasta que vio la película terminada. Por eso se presentó ante Leone con la imagen que consideraba ideal para interpretar a un malvado prototípico: patillas, perilla que modificase su cara y lentillas oscuras para ocultar el azul celeste de sus ojos; azul que el público asociaba instantáneamente con la bondad y candidez de espíritu propias de sus papeles habituales. Al ver aparecer a Henry Fonda de esa guisa Leone se puso frenético: "¿Qué es todo eso? ¡Quítese las lentillas! ¡Son sus ojos azules por lo que estoy pagando!".
“¡Jesucristo, es Henry Fonda!”. Así resumía el propio actor, sobrecogido al asistir a la proyección del film, la honda impresión que los espectadores sufrían cuando la cámara giraba en torno al líder de los asesinos y se topaban con el rostro del actor que desde siempre había simbolizado la honradez, la rectitud y las admirables virtudes propias del Buen Hombre Americano.
Sin embargo, el primer puesto entre los malvados del western tiene un dueño absoluto: Lee Van Cleef. El arquetipo esencial del villano, un tipo duro y despiadado, de acerada mirada y agudas facciones, es el rey de un papel que explotaría a fondo en su carrera y le reportaría el reconocimiento general.
Sentencia, El Rostro del Mal
Lee Van Cleef saltó a la fama gracias a su personaje de Jack Colby, miembro de la banda de Frank Miller, el criminal que deseaba asesinar al sheriff Will Kane interpretado por Gary Cooper en "Solo ante el peligro". Le di un repaso aquí: http://almadefrontera.blogspot.com.es/2011/11/gary-cooper-en-solo-ante-el-peligro.html.
Durante los años 60 y después de aparecer en la obra maestra de John Ford "El Hombre Que Mató a Liberty Valance" (1962), el intérprete de New Jersey consiguió elevar su estatus y alcanzar la fama al intervenir en varios spaghetti westerns dirigidos por Sergio Leone. El primero fue "La Muerte Tenía Un Precio", junto a Clint Eastwood y Gian María Volonté. Posteriormente co-protagonizaría "El Bueno, El Feo y El Malo" (1966) el sensacional western de Leone también junto a Eastwood y Eli Wallach, donde da vida a Sentencia (llamado "Angel Eyes" en la versión inglesa). Éstas dos últimas interpretaciones le consagraron como uno de los rostros icónicos del mal en el western.
En particular, Sentencia es un frío y astuto asesino, irónico, maquiavélico y oportunista. Tan cumplidor como profesional. Así se le muestra en los primeros compases del metraje: Por quinientos dólares es contratado por Mr. Baker para obtener información de un granjero y después matarlo. Cuando llega a la casa de éste, Sentencia le comenta el asunto. El granjero, asustado dobla la cantidad y ofrece mil para que no lo mate. Sin embargo, Sentencia le informa de que una vez que recibe un encargo siempre lo cumple, por lo que lo asesina. Posteriormente, informa a Baker de la muerte del granjero y del asunto que tenía encomendado. "¿Sabes qué? Me ha ofrecido mil por matarte a tí". Ambos hombres sonríen y Sentencia lo mata. La imagen se congela y aparece el rótulo "El Malo".

Cuando una vez se le preguntó si le gustaba interpretar al malo de la película, Lee respondió: "Claro, los personajes malvados tienen mucha profundidad". Bueno, tal vez no estuviese muy acertado a ese respecto, pero no hay duda del encanto y magnetismo que otorgó a sus personajes, hasta hacerles intemporales. Su presencia tranquila y fría emanaba confianza y fuerza en la pantalla, hipnotizándonos, haciéndonos disfrutar y sacando en nosotros el villano que todos llevamos dentro.
Lee Van Cleef fue arrastrado casualmente a encarnarles por su intensa mirada y marcados rasgos, pero su talento y oficio le valieron el reconocimiento general hacia su arte. En una trayectoria que abarcó cuatro décadas nos legó gran cantidad de trabajos donde reconocerle. Un imprescindible, hablando de western.
Algunas fuentes fueron:
Esta fue mi lista de villanos del western, pero seguro que usted admira a algún otro malvado para rivalizar con estos personajes. ¡Adelante, desenfunde en los comentarios!