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Casi todo el mundo sabe algo acerca de Wyatt Earp y del famoso duelo en el OK Corral. El cine se ha encargado de magnificar el suceso y sus autores al reproducirlo en decenas de ocasiones. Sin embargo, la gran mayoría de los que se sienten impresionados por el episodio desconoce que fue un joven hispano quien protagonizó el que probablemente sea el tiroteo más desigual y violento en la historia del Lejano Oeste. Extraño, teniendo en cuenta que en el tiroteo de Tombstone se enfrentaron cuatro hombres contra cinco, además de forma no muy atinada, solventándose con menos de una docena de disparos y en apenas treinta segundos...; mientras que la "Guerra de Frisco" enfrentó a una sola persona contra algo más de ochenta antagonistas armados, intercambiándose miles de disparos !en un enfrentamiento que duró más de treinta y seis horas!.
Con un dramático despliegue de habilidad, coraje y suerte, un hispano llamado Elfego Baca fue duramente hostigado en una batalla singular que ha servido durante largo tiempo como símbolo del poder del individuo, fundamentado en la firmeza de sus convicciones.
El incidente entraría en la historia de Nuevo México como la "Guerra de Frisco".
Escultura de bronce en honor a Elfego Baca |
A finales del siglo XIX el Suroeste y Nuevo México eran todavía un territorio indómito, una región agreste, remota y poco poblada, pendiente del avance de la civilización que inexorablemente iba consumiendo la gran frontera americana. Pocos elementos más devastadores que el poder transformador de la minería y la idea de un rápido enrriquecimiento en la mente de los hombres. La misma energía dinamizadora que en breve plazo convertía miserables poblachos en animosas ciudades y poderoso foco de atracción para toda suerte de vagabundos, negociantes, oportunistas y desperados. Ante tamaña ralea los conflictos no tardaban por desafiar a la Ley y al orden. Con una administración federal débilmente implantada (en la mayoría de los casos forzada a negociar cada uno de sus pasos), el mandato de la justicia resultaba entonces tan consistente y firme, como determinado, fuerte o astuto el hombre encargado en hacerlo cumplir.
Por 1884 el apache Gerónimo tardaría aún otros dos años en ser capturado y Billy 'the Kid' había sido asesinado tan sólo tres años antes. El Far West era una realidad bastante próxima y peligrosa para muchos honrados ciudadanos y pioneros del Suroeste. Con frecuencia, en el equipaje de muchos de aquellos desplazados que vagaban por el territorio escaseaban la urbanidad y el respeto por la propiedad privada. Como una jauría de alimañas podían entrar en un poblado, beber a placer en la taberna, acosar a la gente del lugar y andar luego disparando por las calles contra cualquier cosa que llamase su atención, tan sólo por simple divertimento. Y podían largarse tan alegremente, sin rendir cuenta a nadie de sus actos y desmanes. No había más ley que su antojo ni más norma que la violencia.
Así resultó en la pequeña pedanía de Frisco, en el antiguo condado de Socorro, Nuevo México, en el suroeste montañoso del estado, cerca de la actual ciudad de Reserva, en el hoy condado de Catron, a casi un centenar de kilómetros al norte de Silver City. Un autoproclamado ayudante del sheriff de nombre Elfego Baca no iba a consentirlo.
UN TIPO CON AGALLAS
Tras una estancia en Topeka, Kansas, donde murió su madre, los Baca regresaron a Nuevo Méjico y se establecieron en Belén, una turbulenta ciudad treinta millas al sur de Albuquerque, donde el padre tomó juramento como sheriff.
Una denuncia tras haber disparado a dos vaqueros rebeldes, llevó al sheriff Baca a la cárcel de Las Lunas. Se trataba de un edificio de adobe de reciente construcción, con una sala de audiencia y oficinas en la planta superior y las celdas debajo. La noche que el pueblo festejaba con bullicio a Santa Teresa, el joven Elfego se ocultó cerca del presidio y desde la oscuridad observó las evoluciones del carcelero. Su oportunidad llegó a la sorpresiva marcha de éste hacia el fulgor de la fiesta, confiado en salvar otra noche aburrida en su oficio. A continuación, Elfego logró hacerse con una escalera para la limpieza de las ventanas que encontró en la parte trasera del Palacio de Justicia, subió al piso superior y se aplicó en serrar el techo de la celda, consiguiendo liberar a su padre. Luego, ambos se escondieron tras algunas malezas !a escasos metros de la prisión!. Lo suficiente para cenar y observar cómo se daba la alarma al amanecer. Durante el transcurso del día fueron espectadores privilegiados del baile de la confusión de alguaciles y patrullas, persiguiendo al fugitivo por todo el condado !sin sospechar que estaba a menos de cien metros de distancia!. Al anochecer, cuando el tumulto se hubo calmado, la familia se trasladó hasta Albuquerque donde el señor Baca consiguió caballos de unos amigos y marchó para una estancia de siete años en Isleta, México, cerca de El Paso.
Estas peripecias son bien elocuentes del genio y compostura de Elfego Baca. Tanto, como que en 1884 Baca robó algunas armas de fuego, compró por correo una insignia de sheriff y se autofacultó como ayudante del sheriff en el condado de Socorro. Siguiendo el ejemplo de su padre, asumió que su vocación era la de oficial de paz. Quería que, "los bandidos escuchen mis pasos a una cuadra de distancia", según dijo. Así lo afirma la leyenda, aunque la realidad le va a la zaga.
Su nombramiento oficial llegaría de la mano de Pedro Sarracino, sheriff en Dallas, quien llegó a Socorro para reclutar ayudantes y visitar a un primo suyo para el que Elfego trabajaba de peón. Un apesadumbrado sheriff contó allí en que dificultades se veía para mantener la Ley en la región. Baca afirma en sus memorias haber censurado a Sarracino por su indolencia, que supuestamente le respondió: "!el trabajo está a disposición de quién lo quiera!", antes de retirarse al consuelo del bar más cercano. El impulsivo joven no necesitó contrapartidas para convertirse en oficial adjunto. Bien cierto es que Elfego Baca puso más agallas que cuidado al abordar una situación de la que sabía muy poco, por mucho que ahora portase una Colt 45 al cinto y una estrella de chapa al pecho. Tenía tan solo 19 años.
La zona de Socorro vivía momentos de inusual conmoción. En particular, se había convertido en el escenario para las últimas escaramuzas de las guerras indias, asistía al creciente trasiego de mineros y tramperos explorando aquí y allá los afluentes del río Gila, y los rebaños de reses comenzaban a horadar los caminos con su lento y concienzudo discurrir. Mientras, varios cientos de familias hispanas se afanaban como antaño en la agricultura por las vegas ribereñas y asistían intranquilos al creciente tránsito de forasteros. Fueron estos hispanos los que en la década de 1860 establecieron una serie de poblados a lo largo del río, nombrados como San Francisco, Bajo, Medio y Alto.
Al poco del trasiego de nuevos colonos anglosajones las aldeas del Medio y Bajo San Francisco pudieron jactarse de contar con una docena de bares y burdeles, y con una creciente clientela debido a la constante afluencia de ganaderos de Texas y Oklahoma. En el otrora pacífico valle se instalaron entonces la tensión y el conflicto, con continuos altercados y disputas entre los conductores de ganado y la comunidad hispana, añadidas a la amenaza latente de las incursiones apaches desde el sur. La fuerte inmigración afectó hasta la nomenclatura de la zona. El pueblo de San Francisco Alto pasó a llamarse el Sitio de Milligan, por Bill Milligan, un irlandés veterano del ejército que regentaba un salón y una tienda de abastos. Y fue allí donde empezaron los problemas.
EL BAUTISMO DE FUEGO
En la noche del 29 de Octubre de 1884, dentro del bar de Milligan en la plaza del Alto San Francisco, seis o siete cowboys pendencieros atacaron brutalmente a un hispano jorobado apodado 'El Burro'. Al parecer no les agradaba su apariencia. Le agarraron y tumbaron sobre una mesa del salón y no dudaron en sentársele en piernas, brazos y pecho, resueltos a enderezar su maltrecho cuerpo. Uno de los presentes, Epitacio Martínez, que intercedió por 'El Burro', fue premiado con el puesto de diana, atado a una columna del local y utilizado para prácticas de tiro por un vaquero borracho llamado Charlie McCarthy.
Aquel sainete estaba llegando demasiado lejos. El propio Milligan corrió a pedir el auxilio de Baca para detener la bronca. El hispano se presentó raudo ante McCarty y sus acólitos, mostró su identificación de alguacil, requisó las armas y le detuvo en nombre de la Ley. La fiesta le costó a Martínez aguantar cuatro disparos, aunque ninguno fatal y sobrevivió al incidente.
El primer prisionero de Elfego Baca provenía de una cuadrilla notoriamente escandalosa del rancho de John B. Slaughter, quienes no recibieron con agrado la noticia que uno de los suyos había sido arrestado por un niñato envalentonado tras una placa de sheriff. Temiendo una respuesta de mayor proporción al daño ocasionado por el borracho, Bill Milligan se echó atrás negándose a presentar cargos contra Charlie, pero Elfego estaba pletórico de su hazaña, le mantuvo detenido y, desconfiando de la integridad del magistrado local, resolvió llevar al preso hasta Socorro. Así que trasladó a McCarty hasta una casa que el sheriff Pedro Sarracino tenía en la aldea de Frisco Medio, donde pensó que le sería más fácil mantener la posesión del prisionero.
Como se esperaba los amigos de McCarthy no tardaron en aparecer por el poblado. Alrededor de una docena de vaqueros se congregaron portando sus rifles Winchester ante la fachada de la casa de adobe convertida en calabozo por Baca. Les encabezaba un joven capataz de Slaughter llamado Parham que de inmediato exigió la liberación de su colega ...algo que Elfego Baca no estaba dispuesto a hacer por las buenas. Convencidos tras alguna demora, procedieron a derribar la puerta y ventanas a golpes. Baca respondió desde el otro lado amenazando con disparar si no estaban "fuera de allí a la cuenta de tres". La leyenda cuenta que los cowboys se tomaron a broma el aviso e hicieron burla del muchacho por no creerle capaz de saber contar, pero sus risas fueron abortadas y su respiración contenida cuando escucharon a Baca decir en voz alta desde dentro del caserío: "¡Uno, dos, tres!". Con prisa por escapar de esta lección de aritmética rápida, los vaqueros corrieron a ponerse a cubierto y dispararon hacia la casa. Espantado por el estruendo de la balasera el caballo de Parham se levantó de manos y perdió el equilibrio yendo a caer desafortunadamente encima de su jinete, ocasionándole heridas que resultaron mortales.
A la mañana siguiente dos vaqueros reaparecieron ante la casa de Sarracino y ofrecieron a Baca llevar al prisionero al calabozo de Frisco y un acuerdo firmado como que nadie iba a molestarle si permitía que su preso fuese "juzgado" a la mañana siguiente en el bar de Milligan. A regañadientes Elfego aceptó.
En el simulacro de juicio McCarty fue multado con cinco dólares y puesto en libertad, pero no tardó un instante en lamentar no tener a mano su revólver para escarmentar a Baca, amenazas que el resto de sus compañeros presentes apoyaron encendidamente. Viendo el percal Elfego empezó a retroceder prudentemente hacia la puerta lateral, abandonó el edificio lo más rápidamente que pudieron sus botas y fue a encontrar refugio en el cercano jacal de Jerónimo Armijo, de donde expulsó a sus ocupantes, hizo acopio de munición y se dispuso a esperar acontecimientos.
El western es sin duda una de las grandes creaciones culturales de Norteamérica. En realidad, la vida de los cowboys clásicos fue breve, entre final de la Guerra de Secesión americana en 1865 y los años 1880- 90, debido a que eran necesarias cada vez más reses para alimentar a un territorio en progresivo crecimiento. A este condicionante se le fueron uniendo las malas condiciones atmosféricas, la caída del mercado de la carne y las contínuas luchas entre agricultores y ganaderos.
Todo eso hizo que los vaqueros fueran abandonando los ranchos del Oeste y buscasen otro modo de ganarse la vida. Muchos dirigieron sus miradas y destinos hacia Hollywood, hasta tal punto que se dice que en los años 20 llegaron a la Meca del Cine hasta unos 500 cowboys al año. Por tal motivo, muchas de las películas del Oeste de entonces se plantearon como reconstrucciones de la vida real y, desde famosos forajidos como Al Jennings o Enumett Dalton hasta sheriffs como Bill Tilghman llegaron a ser los protagonistas de estos films. Tilghman en particular, que fue el último de los grandes sheriffs del Oeste y protagonizó un buen puñado de películas, llegó a interrumpir uno de aquellos rodajes para apresar a unos asaltadores de bancos, mezclando realidad y ficción hasta límites insospechados.
La mayor parte de la inspiración para las películas del Oeste procedía de las novelas baratas, ayudadas por espectáculos de circo donde se representaban persecuciones de dligencias, ataques a trenes, etc..., y también algunas obras teatrales. El personaje que reunió todas estas fuentes fue el coronel William F. Cody, el insigne 'Búffalo Bill', plasmándolas en su ya famoso circo; además llegó a producir e interpretar una película sobre sus aventuras en 1913.
La Historia de los primeros tiempos del "rey de los géneros" cinematográficos es la de quienes le dieron vida y labraron el camino hacia los clásicos reconocidos de su Edad de Oro, en las décadas de los años 50 y 60 del pasado siglo. He aquí una breve reseña de las principales estrellas pioneras. Son siete y son magníficos:
El primer cowboy estrella fue Gilbert M. Anderson, más conocido como 'Brocho Billy'.
En el temprano film de Edwin S. Porter y B. Martinetti "Asalto y Robo al Tren" (1903), Anderson llegó a interpretar tres papeles: la víctima del atraco, un miembro de la patrulla del sheriff y el forajido al que perseguía. Tras ver la cinta por vez primera en un teatro de vodevil y sentirse abrumado por la reacción del público, Anderson decidió dedicarse a la industria cinematográfica, y empezó a escribir, dirigir y actuar en sus propios westerns.
Gilbert M. Anderson actuó en más de 300 cortos para la compañía Essanay Studios de la que era cofundador. Aunque hizo una gran variedad de papeles, consiguió una enorme popularidad en una serie de 148 cortos western mudos, convirtiéndose en la primera estrella cowboy del cine, 'Broncho Billy'.
Escribiendo, actuando y dirigiendo la mayor parte de dichas películas, Anderson también encontró tiempo para dirigir una serie de westerns cómicos protagonizados por Augustus Carney. En sus mejores momentos llegó a cobrar 125.000$ como director, productor y estrella.
El sucesor de 'Bill' fue William S. Hart, procedente de Broadway, considerado uno de lo más grandes intérpretes del momento. De ahí que se dijese que la 'S' de su nombre era la inicial de Shakespeare.
Fascinado por el Viejo Oeste, adquirió el revólver de Billy 'the Kid' y fue amigo del legendario Wyatt Earp y de Bat Masterson. Debutó en el cine en 1914 y, tras actuar en papeles secundarios en dos cortos, consiguió el estrellato con el primer papel en "The Bargain".
Hart estaba particularmente interesado en hacer westerns realistas. Sus filmes destacaban por sus atuendos y utillería auténticos, así como por su extraordinaria capacidad interpretativa, entrenada en los escenarios teatrales de los Estados Unidos e Inglaterra.
En 1916 Hart ya producía, dirigía y protagonizaba sus propios largometrajes del Oeste. En 1917 se pasó a la Paramount donde rodaría su gran éxito "Wild Bill Hickock" en 1923.
Sin embargo, en los primeros años veinte el tipo de western que interpretaba Hart empezó gradualmente a quedar pasado de moda. El público fue atraído por un nuevo tipo de películas cuyo mejor ejemplo eran los filmes de Tom Mix, en los que se llevaban unos atuendos más vistosos y la acción era más trepidante. Paramount despidió a Hart, quien hizo un último intento para rodar uno de sus western y produjo personalmente "Tumbleweeds" (1925), un título que funcionó bien en taquilla, con una secuencia épica de colonos a la busca de tierras. Tras él, Hart se retiró del cine a su rancho en California.
Tom Mix se ocupó de encarnar al héroe justiciero por antonomasia. Fue el primero en manejar la publicidad para dar mayor resonancia a sus películas, desde aparatosos trajes hasta sorprendentes publicaciones de su biografía.
Hijo de un oficial de caballería, se dijo de él que había participado en la guerra hispano- norteamericana en Filipinas, en la rebelión de los Boxers en China; también corría el rumor de que había sido sheriff en Oklahoma y ranger en Texas. En realidad su padre fue leñador y, aunque sirvió en la artillería de los EE.UU., fue considerado prófugo en 1902.
Empezó su carrera en el cine como actor secundario en 1910 mostrando sus habilidades como vaquero. Para 1917, tras un repertorio de más de 100 películas de corte documental, la Fox se encargó de lanzarle al estrellato, interviniendo en otros 160 westerns menores a lo largo de la década de 1920, con guiones orientados a la acción, donde héroes y villanos estaban muy definidos y el protagonista sin tacha siempre ganaba. Millones de niños crecieron viendo sus películas los sábados por la tarde. Además, Mix no se dejaba doblar en las escenas arriesgadas, por lo que resultaba lesionado con alguna frecuencia.
El salario de Mix en Fox alcanzó los 17.500 dólares semanales. Entre sus películas destacan: "Western Blood" (Lynn F. Reynolds, 1917), "The Wilderness Trail" (1919), "Catch My Smoke" (W. Beaudine 1922), "La Jornada de la Muerte" (Northof Hudson Bay, J. Ford, 1923); "The Miracle Rider" (Armand Schaeffer y B. Reaves Eason, 1935). Su gran éxito fue "Just Tony" (1922) acompañado de su famoso caballo homónimo.
Durante 1929 trabajó para Film Booking Office, una pequeña productora dirigida por Joseph P. Kennedy. Mix tenía 49 años y se preparaba para retirarse del cine. Ese mismo año asistió al funeral de Wyatt Earp colaborando como porteador del féretro. El Oeste, y el cine mudo con sus últimos vestigios, pasaban a mejor vida. Con la llegada del sonido el inefable Tom Mix tuvo que volver a los ruedos.
Buck Jones, siguiendo la estela común de aquellos tipos, pasó de cowboy en un rancho de Oklahoma a espectáculos ecuestres y finalmente al cine.
Tuvo su primer papel protagonista, en "The Last Straw", film estrenado en 1920. En 1925 Jones rodó tres títulos con una muy joven Carole Lombard. En aquella década de 1920 Jones era, junto a Hoot Gibson, Tom Mix, y Ken Maynard, uno de los primeros actores cowboys del momento. Hasta se permitió fundar en 1928 su propia compañía, The Big Hop, que no tuvo éxito.
Ya en los años 30 fue contratado por Columbia Pictures, y su carrera fue en ascenso. En total intervino en más de 160 filmes, con una carrera que se prolongó desde 1918 hasta la década del 40.
Ken Maynard actuó por primera vez en el cine mudo en 1923, trabajando también como especialista. Maynard fue uno de los primeros cowboys cantantes, actuando para Columbia Records y grabando dos canciones, "The Lone Star Trail" y "The Cowboy's Lament".
Maynard después pasó a Universal Studios, donde rodó sus primeras películas con banda sonora musical. En el film "Sons of the Saddle" (1930) cantó dos temas. Con su sombrero blanco, una camisa elegante y un par de revólveres al cinto, desde la década de 1920 hasta mediada la de 1940 Maynard actuó en más de 90 filmes.
Sin embargo, su alcoholismo impactó negativamente en su vida y su carrera finalizó en 1944. Se dedicó a actuar en ferias y en rodeos, y fue propietario de un pequeño circo en el que actuaban jinetes de rodeo, pero finalmente quedó en manos de sus acreedores. El actor perdió toda su fortuna y acabó arruinado y viviendo en una caravana.
TIM McCOY
Tim McCoy fue soldado condecorado en el ejército de los Estados Unidos durante la Primera y Segunda Guerra Mundial. A los 28 años tenía fama de ser el más joven general de brigada en la historia del ejército de los EE.UU.En 1922 fue consultado por 'The Famous Players' de Jesse Lasky, para proporcionar extras nativos de América para el espectáculo oeste, "The Covered Wagon" (1923). Llevó a cientos de "sus" indios a Utah y sirvió como asesor técnico en la película. Después de concluída la filmación se le pidió a McCoy que llevase a un grupo reducido de aquellos indios a Hollywood, para una presentación antes de cada pase de la película. Está etapa le hizo muy popular, girando el espectáculo unos ocho meses en Hollywood y varios meses más en Londres y París. McCoy regresó a su rancho de Wyoming, pero Irving Thalberg de MGM pronto le ofreció firmar un contrato para protagonizar una serie de aventuras que terminaron por lanzar a McCoy al estrellato.
Su primer largometraje fue "War Paint" (1926), con épicas escenas de los indios atacando a caballo junto al río, organizadas por McCoy y el director Woody Van Dyke, en una secuencia que luego reutilizarían muchos westerns de bajo presupuesto hasta bien entrada la década de 1950. "War Paint" marcó la pauta para el futuro de los westerns de McCoy, en los que los indios siempre fueron retratados con simpatía y nunca como salvajes sedientos de sangre. Otra notable actuación de McCoy para la MGM fue "The Law of the Range" (1928), que protagonizó junto a Joan Crawford.
HOOT GIBSON
Tras participar en rodeos durante el verano, Hoot Gibson recaló continudamente por Hollywood para hacer trabajos de especialista.Durante varios años Gibson hizo papeles secundarios principalmente en westerns. En 1921 la demanda de películas de vaqueros era tan grande que Gibson empezó a recibir ofertas para interpretar primeros papeles. Algunas de ellas llegaron del director John Ford, con el cual Gibson entabló una duradera relación laboral y de amistad.
Desde la década de 1920 hasta la de 1940, Hoot Gibson se convirtió en una gran estrella cinematográfica, únicamente superado por Tom Mix entre los actores más taquilleros del western. Además, tuvo éxito en la transición al cine sonoro y, como resultado de ello, fue un intérprete muy bien pagado. También tuvo sus propios cómics, y su popularidad se mantuvo hasta la llegada de cowboys cantantes como Gene Autry o Roy Rogers, que le relegaron a un segundo plano.
Las vacas gordas se esfumaron cuando a Gibson le llegó el momento del retiro. Había derrochado gran parte de sus ingresos llevando un alto tren de vida y realizando malas inversiones. A mediados de la década de 1950 Gibson se encontraba arruinado, con el agravante de hacer frente a las costosas facturas médicas derivadas de sus problemas de salud. Para sostenerse económicamente hubo de trabajar en un casino de Las Vegas y en un carnaval, aceptando casi cualquier trabajo que su menguada fama le pudiese reportar.
Hoot Gibson falleció a causa de un cáncer en 1962.
Con el soporte de:
http://es.wikipedia.org/wiki/
V.O. Kinomagacine Feb. 1994
" Nosotros creemos en seguir nuestro propio camino, sin importar qué camino toma el resto del mundo.
Creemos en evitar un sistema construído para aplastar a los individuos como insectos contra un parabrisas.
Algunos de nosotros creemos en el hombre que está en lo alto. Todos creemos en mantenerlo unido al que está aquí abajo.
Creemos en el cielo y no en el techo.
Creemos en la libertad.
Creemos en el polvo, la planta rodadora, el búfalo, las cordilleras, y montar en moto hasta la puesta de sol.
Creemos en las alforjas, y creemos que los vaqueros hacían bien en llevarlas.
Creemos en renunciar a darnos por vencidos ante alguien.
Creemos en vestir de negro, porque no muestra suciedad ni debilidad.
Creemos que el mundo se está volviendo blando ¡y no vamos a acompañarlo!.
Creemos en excursiones motoristas que duran una semana.
Creemos en las atracciones junto a la carretera, los perritos calientes de gasolinera y averiguar lo que hay tras la próxima colina.
Creemos en motores que retumban, pistones del tamaño de cubos de basura, depósitos de gasolina diseñados en 1936, faros de la talla de los de un tren de carga, cromo y pintura metalizada.
Creemos en las yantas y las calaveras.
Creemos que la vida es como tú te la haces, y nosotros la hacemos como un ardiente viaje.
Creemos que la máquina en la que te sientas puede decirle al mundo exactamente donde te levantas.
No nos importa lo que crean los demás.
¡Amén! "
(El Credo Harley-Davidson: Vídeo "Live by it" subtitulado en español por The Jack)
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