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Lo más reciente de Discografía


"How Will the Wolf Survive?" ("¿Cómo Sobrevivirá el lobo?") es el gran álbum de debut de Los Lobos. En 1989 fue clasificado por la revista Rolling Stone en el puesto 30 de la lista de los 100 mejores álbumes de la década de 1980. En 2003, el álbum ocupó el puesto número 461 en la lista de la revista con los 500 mejores álbumes de todos los tiempos.

"How Will the Wolf Survive?" fue el álbum en que Los Lobos enseñaron lo mucho que tenían que decir como compositores, sobre todo con "A Matter of Time" y el corte que presta su nombre al título, dos canciones que ofrecieron una mirada conmovedora y compasiva hacia la vida de los inmigrantes ilegales en Estados Unidos. Si en su anterior trabajo, "...And A Time To Dance", Los Lobos se mostraron como una banda para bailar, en "How Will the Wolf Survive?" demostraron que eran una gran banda de baile y mucho más.

Integrados por Louie Pérez en la batería, guitarra y requinto, David Hidalgo a la voz, acordeón y guitarra, César Rosas en la voz, la guitarra y la mandolina, y Conrad Lozano en el bajo y el guitarrón, Los Lobos juegan hábilmente con la exquisita exuberancia de la Frontera, una fusión de sonidos con la mejor herencia cultural de ambos lados, y una búsqueda íntima de la banda para conservar su mestizaje mexicano-americano, al tiempo que intentaban abrirse paso en la industria del disco.

Los Lobos habían formado parte de varias bandas amateurs de Los Ángeles antes de interesarse por la música de raíz, comprar algunos instrumentos tradicionales mexicanos en las casas de empeño y aprender la música norteña de sus ancestros. En 1983 añadieron además a un saxofonista llamado Steve Berlin (que pronto se uniría a la banda) y grabaron un EP llamado "...And A Time To Dance". Vendieron sólo 50.000 copias, pero se ganaron el favor de la crítica y pudieron comprarse una destartalada Dodge con la que se recorrieron los Estados Unidos y fueron cogiendo tablas. A la vuelta, David Hidalgo y Louis Pérez trabajaron en las canciones de su primer álbum de larga duración, fruto del cual son piezas como "Don't Worry Baby".






"How Will the Wolf Survive?" fue concebido en el verano de 1984 de la mano de T-Bone Burnett, que había coproducido su EP anterior. Las pistas básicas fueron grabadas en el estudio Capitol en Los Ángeles, con doblajes y voz hecha en un estudio-garaje de un amigo de Burnett. Las pistas adicionales fueron editadas en los estudios de Warner Bros., porque "cuando parecía que mejor lo estábamos haciendo, algo salía mal", según contó Pérez.

Cuando el trabajo estuvo casi terminado, el título del álbum surgió de la forma más casual. "How Will the Wolf Survive?" fue inspirado por un documental de National Geographic titulado "¿Cómo Sobrevivirá el Lobo?", que los miembros de la banda acogieron como lema por la relación con su propia lucha por el éxito en los Estados Unidos, manteniendo sus raíces mexicanas. Louis Pérez recordó: "Era como nuestro grupo, nuestra historia: ¿Cual es esta bestia, este animal que las compañías discográficas no pueden entender?. ¿Vamos a tener la oportunidad de hacerlo o no?".

"How Will the Wolf Survive?" es el mejor trabajo de una banda que aprendió a tocar todo tipo de estilos manteniendo su propia personalidad musical en el proceso. El álbum oscila desde el rock clásico ("Don't Worry Baby") y la potencia del R & B ("I Got Loaded") a las baladas country-blues con acento ("A Matter of Time") o temas tradicionales mexicanos ("Serenata Norteña"), siempre con grandes dosis de buen gusto, madurez e inteligencia musical. Breve pero intenso, el disco sienta las bases del brillante futuro del grupo: lograron esa facilidad inédita de pasar de la polka norteña a un rock and roll ejecutado con el alma, de la manera más ágil y divertida.

En definitiva, una obra clave en la discografía de la mejor banda hispana de Los Ángeles, el disco que catapultó a Los Lobos como la banda fronteriza de referencia, "How Will the Wolf Survive?". ¿Logrará sobrevivir el Lobo?









Corría 1987, días de inmortalidad y noches de color en la Era del Vinilo. Como para toda una generación, el Rock & Roll copaba todos los sentidos. Un día de tantos, mejor una noche, THE DEL LORDS se cruzaron en el camino. Hoy, su semblanza y el hallazgo de su último trabajo merecen la atención de este blog y la suya.

Como decía, fue en uno de aquellos lances nocturnos que THE DEL LORDS hicieron saltar nuestras alarmas entre el martillo y el yunque. Sonidos garajeros, contundentes y resolutivos, pero sobre todo rabiosamente frescos. ¡Tan frescos como una crujiente lechuga!. ¿Una muestra? "Judas Kiss" fue un fenómeno mundial gracias también a este vídeo.






DEL LORDS no son fronterizos al uso sino urbanitas resabiados de la Gran Manzana, con un ojo puesto en 'Dixie' y otro en California. Unos venían del punk y otros del rock urbano. Alguien les etiquetó como los 'Beach Boys' de la Costa Este y nos da que se quedó corto. Con más acierto les encuadraron luego en el denominado nuevo rock americano, junto a otras bandas de semejante ralea que andando el tiempo volcarían sus influencias en un nuevo género: la americana music. Desde los míticos ochenta hasta ayer por la tarde, ellos han estado ahí todo este largo tiempo, como un tarro de mermelada de frambuesa. A un 'pop' se destapan las esencias del rock & roll y el blues, del country y el folk, con un denominador común: rock prístino, melodioso y elegante.








Scott Kempner, Manny Caiati, Eric Ambel y Frank Funaro son los culpables de esta eficiente receta rockera, absorbente, pegadiza y clamorosamente intensa. Arrancaron allá por 1984 con "FRONTIER DAYS", donde mostraron sus credenciales en temas que llegarían a clásicos del grupo como "Get Tough" o "Heaven". La voz solista de Scott Kempner y la pulcritud guitarrística de Eric Ambel se convirtieron en enseña de la banda. Les conocimos a fondo en su segundo trabajo "JOHNNY COMES MARCHING HOME", para perderles la pista tras "BASED A TRUE STORY", allá por 1988. Hasta hoy.

Como muchos buenos grupos que triunfaron a finales de los 80, en plena fiebre rockanrrolera, Los DEL LORDS no tuvieron suerte en sus trabajos posteriores ni cosecharon repercusión significativa en los medios. Como muchos de aquellos, los neoyorkinos encontraron refugio en el tramado de actuaciones en garitos de mala muerte y esperaron que escampase sin dejar de perseverar en el rock. Así hasta "ELVIS CLUB", fresquito y recién salido del tarro este 2013, donde Funaro, Kempner y Ambel recuperan el fulgor emocionante de los tiempos en que invitaban a levantar la birra sobre la barra en la emoción que significa disfrutar de los acordes de una banda de Rock' n' Roll, sin artificio, pegatinas ni campaña de marketing. Solo rock, una espita de sones conectando y expresando otra forma de sentir y comunicarnos.


Si comparte esta sensibilidad no deje pasar un momento más sin escuchar y dejarse llevar por la música de THE DEL LORDS. Canciones como "When the Drugs Kick In", "All of My Life", "Chicks, Man" o "Letter (Unmailed)" le resultarán mil veces más convincentes que cuanto pueda esforzarme en contarle de ellas. Reconocerá enseguida o descubrirá por primera vez el tono de Scott Kempner, comprobará cómo Eric Ambel se emplea a fondo en temas del calibre de "Me and the Lord Blues", "Flying" y la versión de Neil Young, "Southern Pacific".

Ha pasado el tiempo. Todos lucimos bastante más viejos; algunos más sabios, otros más desencantados. Los DEL-LORDS, con la habitual frescura marca de la casa, destapada en cada tema de éste magnífico y reluciente "ELVIS CLUB", se ocuparán de que unos y otros pasen a reconectarse al rock, se agiten en la emoción y muevan sus caderas como si esta noche se subiesen de nuevo las persianas del viejo local.


Ahora, escuche sin salir del blog y al completo el álbum "ELVIS CLUB" de THE DEL LORDS.








Los que siguen este blog saben bien de su poco apego por la actualidad. Sin embargo, hay ocasiones en que no es posible desdeñar el cruce con el pasado.

La Creedence Clearwater Revival lleva tiempo clamando por ocupar un espacio por aquí. Hoy por fin lo tendrán, al hilo del nuevo disco de John Fogerty, con el breve esbozo del descubrimiento de ambas figuras y nuestra fe en el country rock.
Sí, amigos, creo en la CREEDENCE. Hoy toca revival.


Para los despistados decir que John Fogerty es uno de los grandes compositores de rock americano de todos los tiempos, y la Creedence Clearwater Revival, la banda de rock más emblemático de los últimos 60' y principios de los 70', uno de los mejores grupos de toda la historia de la música popular, incluído en el Salón de la Fama del Rock desde 1993. Un estandarte genuinamente americano de libertad y rebeldía generacional asociado con la tradición y el clasicismo rockeros, una idea de América asimilada generosamente en bandas sonoras de películas como 'Apocalypse Now', 'La Jungla de Cristal', 'Forrest Gump' o 'El Gran Lebowsky', entre otras.






A mis efectos, conocí a John Fogerty de la mano de mi amigo Jess, que vivía al fondo de la calle. En el tiempo de aquella adolescencia, Jess podía ser tomado solo por gracioso y ocurrente, alguien sin cuyo concurso no había fiesta ni algarada, pero era un tipo tímido, con muchas lecturas, íntegro y perspicaz, y eso hacía que todos le tuviéramos en cuenta. El caso es que Jesse, que se pretendía más sudista que las barbas de Lee, se presentó un día con un radiocasette por el Instituto haciendo gracietas como acostumbraba. De las entrañas del cacharro brotaban añejos sonidos de guitarras eléctricas y una voz hippilonga que no me dejaron indiferente. Aquel tipo que daba vueltas en la cinta era John Fogerty, me ilustró Jesse. Sonaba 'Big Train To Memphis', según supe más tarde. Yo no tardé dos minutos en subirme al expreso y secundar a mi amigo en su ronda. Tiempo después, creo recordar que el convoy a Memphis descarriló un día de tanto dar vueltas en el reproductor de mi casa. Hablando de trenes, ¿no oyen acercarse el 'Especial de Medianoche'?






Años más tarde volví a celebrar a Fogerty sin reconocerle. Los días empezaron a correr algo más deprisa, en medio de la calma y la incertidumbre. Johnny continuaba girando una y mil veces en las cassettes como líder de la gran Creedence Crearwater Revival, pero entonces sonaba a bordo del coche de Randy, otro pájaro a tener en cuenta. Aquel rock brumoso, de pantano y gasolinera, aquella melodía con efluvios a yerba y pantalones de campana, aquel sonido metálico, la voz desgarrada del mismo Fogerty, como salida de lo profundo de un intrincado alambique clandestino... esa era la sintonía que daba alas al pequeño utilitario de Randy o anunciaba nuestra llegada a bares y tabernas. Nos acompañaba una aureola de bendita libertad, despreocupación y rudeza rockera. Hizo calor aquel verano del 91, pero no pasamos sed.

La Creedence no dejó de sonar en adelante, concienzuda y pertinazmente, sugiriendo historias, ambientando bocetos y proyectos. Ahora los reconocía en la banda sonora que tantas veces acompañaba en la pantalla, como ya habían pasado a formar parte de la mía, solo que sin chopper ni guerrera del Vietnam. Tampoco hacía falta. Llegué a aprenderme cada nota y estribillo de 'Green River', 'Fortunate Son', 'Have you ever seen the rain?', 'Proud Mary', 'Born On The Bayou', 'Suzie Q', 'Lookin' Out My Back Door' o 'Run Through the Jungle'. ¿Conocen ésta?. Dicen que cuando los Creedence acabaron a tiros, acusaron al fenómeno de Johnny Fogerty de agenciársela como 'The Old Man Down the Road', lo que devino en nuevos pleitos. Ambas son geniales pero yo prefiero al 'Viejo'.






El caso es que anuncian que vuelve John Fogerty, a propósito de su 68 cumpleaños. El alma de la Creedence Crearwater Revival publicará a finales de Mayo de 2013 su nuevo álbum, 'Wrote A Song For Everyone', una recopilación de famosos temas del grupo y algunos inéditos. Lleva toda la vida haciéndolo, a los clásicos no les hace falta reinventarse. En esta ocasión contará con la colaboración de algunas figuras de la música Americana actual, como Brad Paisley, Alan Jackson, Miranda Lambert y Keith Urban, entre otros. El disco se llama como el tema que la CCR incluyó en 1969 en el tercer álbum de la banda, 'Green River'.

No cabe duda que será un gran recopilatorio, lo tiene todo hecho. La vieja Creedence volverá por sus fueros y una legión de veteranos rockers dejaremos suspiritos en el aire al escuchar a John Fogerty retumbar desde el fondo del alambique mientras conducimos, hacemos la compra o chequeamos el desempleo. Será todo un éxito si logra incorporar nuevos creyentes, lo que es seguro es que ya nunca abandonarán la compañía del Agua Clara. Una fe que nunca es tarde para abordar, reeditar y revivir, con la excusa que se prefiera. 






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