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Lo más reciente de Estilo de Vida


Mientras Hernando de Soto se abría paso por las tierras de la Florida y el Sur de los actuales Estados Unidos, estaba muy lejos de imaginar que algún día su nombre sería asimilado a una maravilla del diseño y la mecánica. El viejo Mississippi sería su tumba, pero su nombre y efigie recorrerían las Américas, allá donde el Adelantado no pudo enarbolar sus blasones. 



Chrysler, descubridor de mercados 

Tal vez tan aventurero y osado como Hernando de Soto, Walter Percy Chrysler se propuso acaparar nuevos nichos de mercado para su negocio de fabricación de vehículos. Chrysler podía haber seguido fabricando sus vehículos sin embarcarse en ninguna otra aventura, pero en lugar de eso concibió una segunda marca con la que acceder a nuevos segmentos de clientela.


La fulgurante carrera de Walter P. Chrysler en el mundo del automóvil es digna de ser descubierta. Chrysler era hijo de un afamado ingeniero de la compañía de trenes Union Pacific en Kansas, y trabajó como tal en la American Locomotive Company. Por 1908, con 33 años, compró su primer coche, y desde entonces se interesó por conocer la mecánica de los automóviles y su proceso de fabricación. 


En tan solo cuatro años, Chrysler se demostró como una reputada personalidad en el sector, hasta el punto de ser contratado por la Buick Motor Company como jefe de producción en su planta de Flint en Michigan. Allí consiguió el logro de aumentar la capacidad de producción de 45 a 600 coches diarios, junto a otras proezas que le valieron para ser nombrado Presidente de Buick en 1916. Todos estos éxitos consecutivos impulsaron a Chrysler a independizarse y crear su propia marca el 6 de junio de 1925, comprando acciones de la Maxwell Motor Company hasta lograr ser el accionista mayoritario, posicionándose acto seguido como el tercer fabricante americano.


Quizás viese en el descubridor español un ejemplo a seguir o tal vez un reflejo de si mismo. De cualquier manera, ignorando la poca chance de su aventura, Chrysler eligió a Hernando de Soto para nombrar su gama media de automóviles. Curiosamente, ambos personajes tienen en común la ambición por experimentar y descubrir a lo largo de sus vidas, uno en el siglo XVI conquistando para España tierras en el nuevo mundo y otro en el siglo XX conquistando mercados y clientelas vírgenes hasta esa fecha. Con este elemento en común, un 4 de agosto de 1928 nacía la marca DeSoto. 


La compañía no fue presentada en sociedad hasta el año siguiente, con el modelo Premier Six” de 1929. Chrysler quería competir con su eterno rival General Motors en el segmento de la gama media. Sin embargo, poco después de la introducción en el mercado de la nueva marca, Chrysler se hizo con la Dodge Brothers, dando a la compañía dos marcas de precio medio. Si la transacción se hubiese completado antes, posiblemente DeSoto no habría rodado.


Las conquistas de DeSoto 

Inicialmente, la estrategia de dos marcas compitiendo por el mismo segmento de mercado fue relativamente exitosa, con los DeSoto algo más baratos que los modelos de Dodge. A pesar de la dura recesión de aquellos días, las ventas de DeSoto tuvieron una respetable acogida, llegando a superar a Dogde en alrededor de 25.000 unidades en 1932. De hecho, en su arranque de 1929 DeSoto rompió el récord establecido para el primer año de ventas, con 81.065 vehículos vendidos, un récord imbatido hasta 1960 por el mítico Ford Falcon


Además de un precio tentador, aquellos primeros DeSoto incluían ventajas tecnológicas ausentes u opcionales en la competencia, como el limpiaparabrisas estándar automático, llaves especiales de contacto, novedosas luces de freno y una completa instrumentación entre otras muchas cosas. Para hacer más atractiva la gama, se ofrecieron 7 modelos diferentes con ostentosos nombres. Al modelo de dos plazas lo llamaron “Dos Plazas Español”, al sedán “Sedán de Lujo”, e incluso el modelo básico de dos puertas le otorgaron la distinguida denominación de “Business Coupe”.





La Corporación Chrysler en general y de la división DeSoto en particular aguantaron bien el envite de la Gran Depresión, desarrollando nuevos productos que identificaron la marca como un referente de fiabilidad y hasta de aventura, al alcance del bolsillo. Mediante la realización de espectaculares pruebas de velocidad y resistencia, la marca mantuvo al público pendiente de sus hazañas y prestaciones. En 1932, el piloto de coches de carreras Peter De Palo cruzó en diez días los Estados Unidos a bordo de un DeSoto. Cuando concluyó su viaje, De Palo al volante de su DeSoto se dirigió al hipódromo y realizó 300 millas más de recorrido a velocidades cercanas a las 80 millas por hora.


No fue la única gesta de los conquistadores. En 1933, la compañía DeSoto reclutó a otro piloto de coches de carreras, Harry Hartz, para el sorprendente reto de conducir un DeSoto marcha atrás a través del país. Hartz pilotó el coche por todo el continente observando el camino a través de un gran retrovisor. Aunque nadie lo supo en su día, el viaje de Hartz fue la primera prueba en público de algunos experimentos desarrollados en secreto por Chrysler. Aquellos experimentos cambiarían el mundo de la automoción, y seguidamente, nuevos conocimientos aerodinámicos fueron aplicados al DeSoto Airflow” de 1934. Además ganaron en estabilidad, comodidad, habitabilidad e incluso en resistencia de su carrocería. En los años 30 los DeSoto estaban realmente adelantados a su tiempo.


Walter Percy Chrysler anunció su retirada en 1935, manteniéndose como Presidente del Consejo de Administración de la compañía hasta el día de su muerte a los 65 años de edad, en 1940, tras una vida dedicada al automóvil. En su historia, Chrysler daría a la compañía dos marcas de precio medio (Dodge y DeSoto) y tres de prestigio como Chrysler, Plymouth e Imperial. Los DeSoto se encontraban en el ecuador de su existencia, enfrentados al permanente reto de la renovación.




Gloria y caída del icono de una época

Tras la II Guerra Mundial, los DeSoto incorporaron cambios en la transmisión, que llegaría ser completamente automática por 1954. A golpe de Rock & Roll, la marca fue adaptándose a los nuevos tiempos, aunque la competencia desatada era feroz. La pujanza económica de aquellos días espoleó a la industria automovilística. A principios de 1959, la gama de DeSoto había sido reducida al “Fireflite” y al “Adventurer”, y la marca fusionada con Plymouth. A pesar de ello ese año se vendieron 2.000.000 de unidades. 


Pero en 1960 las ventas cayeron en picado. Vendidos en los mismos concesionarios que sus primos los Plymouth, de menor precio, el final de la aventura se avecinaba para la veterana firma. En 1961 el último diseño de la factoría se transformó en el Chrysler Newport” antes incluso de que se iniciase su producción. Los stocks de los modelos vigentes fueron reaprovechados para la fabricación de los últimos DeSoto y la marca desapareció.


Tras una gran trayectoria con la promesa de descubrir un magnífico futuro, la marca del conquistador conoció un abrupto final, tal como el mismo Hernando de Soto a través de las tierras del Mississippi. Esa es otra historia...






Me levanté temprano, tomé un café en la cafetería del hotel y me dirigí ansioso hacia la estación. Desfilé ante la taquilla junto a una legión de inmigrantes abigarrados de equipaje, saqué un billete y subí a un autobús con destino al desierto. 


Una vez en marcha, desde la ventanilla fui viendo despertar la ciudad, cómo se desperezaba el tráfico y las luces ámbar de la capital quedaban atrás. La piel agreste de aquella costilla española comenzó a cubrir el trayecto, salpicado de caravanas de viajeros, caseríos blancos y empalizadas de plásticos. Por momentos costaba distinguir el mar a lo lejos, del tapiz plateado de las plantaciones. Poco a poco el bus tomó altura, dejó la costa a la espalda y se internó entre sierras calvas y palmitos. El desierto se anunciaba en cada curva y el corazón me palpitaba emocionado.


Entonces, inmerso en el paisaje de mis sueños, tomé cuenta y dudé si aquel podría ser un principio o un final, como anticipando una dulce decepción. Enfrentado a la fantasía no habría otro sino más que tomar conciencia y despertar. Aquel viaje a La Meca ocuparía bien cierto un lugar en lo profundo de la memoria, pero también podría resultar el soplo vigoroso que despejase de una vez todas las trampas del solitario. Volver a levantar la vista y ser fiel a uno mismo serían enseñanzas propias del Bautista y las arenas de Yucca City mis aguas del Jordán. La resolución con que los tallos de las pitas se erguían desde las cunetas pareció darme la razón.


Mi estancia en Yucca City no resultó tan esclarecedora, sin embargo. Empolvé las botas en sus calles vacías, sentí crujir a mis pasos la madera que da forma a aquel sueño y contemplé vestigios de otros tiempos en descoloridos pasquines. Mas todo fue en vano. Después de deambular de un lado a otro de aquel trampantojo, la magia se disipó como la polvareda que había dejado el autobús.


Fumando un cigarrillo junto al patíbulo, contemplando el balanceo de la soga raída al compás del Poniente, caí en la cuenta de que hay sueños tan maravillosos que no merecen ser cumplidos.











En las soledades de los estados más salvajes de Norteamérica, subsisten todavía hoy algunos hombres viviendo en contacto y desafiando a la naturaleza. La mayoría se gana la vida como tramperos, dedicándose a la caza para abastecerse de alimento y pieles que vender al final de la temporada. Otros son rancheros, alternando sus faenas con la ayuda a otros ganaderos de la zona, mientras que otros han optado por abandonar la vida en comunidad para habitar una propiedad en la montaña. Todos comparten el desafío ante el peligro y la adversidad, a las fuerzas de la naturaleza y a la precariedad de sus recursos. Son tipos sencillos pero duros, humildes por que saben de su pequeñez ante el medio que les rodea y al mismo tiempo orgullosos de su forma de vida. Son los montañeses, los últimos Mountain Men.

"EN LAS MONTAÑAS EL HOMBRE NO ESTÁ EN LO ALTO DE LA CADENA ALIMENTICIA. 
ALGUNAS IMÁGENES PUEDEN SER PERTURBADORAS. 
LOS ESPECTADORES ESTÁN AVISADOS".




Más allá de la ficción o el relato de la violencia, la aventura ha estado ausente de la televisión por largo tiempo. Bajo el formato de telerrealidad adoptado por muchas series documentales, la aventura ha vuelto a la pequeña pantalla para traernos la vivencia personal de cazadores y montañeros, inmersos en un entornos salvaje y hostil. La joya de todas estas producciones ha sido ofrecida en España por el Canal Mega de Atresmedia: la serie documental Mountain Men.

Mountain Men hace honor al mito de la última frontera con el retrato de algunos hombres que luchan y sobreviven en las montañas más remotas de Estados Unidos. Enfrentados a los rigores de la naturaleza y el aislamiento para ganarse la vida, su tenacidad y aventuras son conmovedoras. La producción cuenta con los méritos de una gran realización, una fotografía espectacular que se recrea en la exposición del ecosistema y una narración que alcanza notas épicas con el enunciado de datos y propósitos, imprescindible para implicarnos en los retos de los personajes. El bellísmo y evocador escenario de los bosques y cordilleras de América del Norte, el antagonista de sus vidas, es el verdadero protagonista de la serie.




Galería de Montañeros

Mountain Men es un retrato de frontera y un compendio de lecciones vitales en forma de docudrama. Un testimonio del presente que puede ayudarnos a entender cómo era la vida en el pasado y cómo se sobrevive aprovechando los recursos de la naturaleza, antes de que todo estuviera a golpe de click. Tal es el caso de Eustace Conway.

Eustace Conway compró a crédito una propiedad en las montañas Blue Ridge en Carolina del Norte, que él llama Isla Tortuga y donde se afana en vivir de lo que caza o cría, al tiempo que edifica un aserradero. Antiguo territorio cherokee y más tarde escenario de escaramuzas durante la Guerra Civil Americana, esta zona de los Apalaches no está demasiado alejada del mundo civilizado, pero ofrece bosques densos, pequeños valles y unos paisanos anclados en la tradición y la fe en su propio esfuerzo.

En lo profundo de las Blue Ridge, el montaraz Eustace abandona su imagen de pacífico hippie sesentero, para convertirse en un agraviado colono y defender rifle en mano su propiedad ante cazadores o leñadores furtivos, cuando no pelea contra la escasez y la amenaza del embargo vendiendo la madera de su finca. Siempre con la ayuda de su buen amigo, el inmutable y socarrón Preston Roberts.


A tres mil quinientos kilómetros al noroeste, en el valle del Yaak en Montana, un avejentado trampero y exvaquero de rodeo llamado Tom Oar reside junto a su esposa Nancy y su perra "Ellie". Esta pareja bien entrada en la sesentena debe hacer frente al invierno de siete meses de esta zona de las Montañas Rocosas, mientras sobrevive confeccionando artesanía y poniendo trampas para castores a lo largo del río, entre manadas de lobos y osos que deambulan por el territorio.

Con la estimable ayuda de algunos vecinos, a pie, en canoa o ranchera, Tom recorre distancias hercúleas cada día revisando sus trampas, acosado por los achaques de la edad y su maltrecha rodilla. La peripecia del entrañable y sabio Tom es su debate interior entre la pertenencia a la montaña, la escasez de capturas de cada temporada y la presión de sus hijos para que se traslade con ellos a la cálida Florida. Pero Tom Oar es un montañero, no será fácil que se de por vencido.


También en Montana, unas 400 millas al sur, el valle de Ruby es el hogar de pumas, manadas de lobos y caballos salvajes, y también del intrépido montañero Rich Lewis.

Ayudado por sus perros "Brandy", "Capone", "Turbo" y "Hadget", el duro de Rich se ocupa de proteger de las alimañas a las reses de los ganaderos locales, en particular espantando los pumas que se acercan demasiado a los poblados o dando caza a los lobos hambrientos que en el crudo invierno se internan en el valle.

Rich es un tipo peculiar, hirsuto, de barba recia y gorra marinera, que patrulla por las sierras en una vetusta camioneta de 1956 a la que llama "Wilbur" llevando a sus perros tras la pista de algún puma. El doblaje en España nos ha regalado para Rich una entrañable y personalísima voz ronca que otorga aún más autenticidad a sus andanzas:

"¡Adelante Turbo, cuidado Capone, en marcha, Wilbur!"




Pero si alguien se juega el tipo a diario ese es el trampero Marty Meierotto, quien cada poco deja a su mujer e hija en su casa de un pequeño poblado de Alaska, para partir a bordo de su pequeña avioneta Piper hacia las inmensidades nevadas de las Montañas Revelación. 

Tras mil y una zozobras sorteando vientos, montañas y lugares donde poder aterrizar, Marty debe recorrer centenares de kilómetros con su moto de nieve, poniendo y revisando trampas que le surtan de pieles de martas y linces, con las que mantener a su familia.

Siempre absolutamente solo, haciendo frente a contratiempos y averías de forma autónoma y con escasas opciones, Marty logra sobrevivir a los caprichos del entorno y los peligros propios a su cacería itinerante, ante la impávida y pétrea majestuosidad de las Montañas Revelación en Alaska.

"No estoy aquí por el paisaje -dice- ¡El paisaje es precioso, pero tengo que conseguir pieles!"


Algunos montañeros más pueblan el reality, aunque con historias menos desarrolladas. De entre ellos destacan Kyle Bell, un rastreador, cazador y ranchero, afincado en las latitudes semidesérticas del Valle del Cimarrón, en Nuevo México, de aspecto impactante, trenzas de mestizo y grueso mostacho, afanado por aleccionar a su hijo en las habilidades del rastreo; o Charley Tacker, un neófito que acude a la llamada de la montaña en los sombríos bosques de Maine, como Morgan Beasley lo hace en la Gran Cordillera de Alaska.



Esto es Mountain Men, la serie documental donde montañas y montañeses se nos muestran con todo su rigor y dramatismo: Como cuando Rich pierde a perra "Brandy", su mejor perra rastreadora de pumas, en el ataque de un puma al que desde entonces llamará "Tres Dedos" y al que perseguirá sin descanso por los collados del Valle de Ruby, en Montana; como cuando Kyle enseña a su hijo Ben de sólo 11 años cómo despellejar un bisonte, o como cuando otro día un caballo se le espanta en el corral y accidentalmente atraviesa su pata entre los hierros del cercado. O la intensidad de cualquiera de las angustiosos despegues y aterrizajes de Marty Meierotto en su frágil avioneta, buscando nuevos territorios de caza a través de las Montañas Revelación en Alaska.




No sería justo abordar esta magnífica serie sin mencionar y felicitarnos del brillante doblaje ofrecido por el Canal Mega en España. Desde la pomposa serenidad con que el narrador describe las escenas, a los actores que dan voz a cada uno de los personajes, interpretando las emociones y personalidad de cada montañero de forma magistral -en especial las de Rich, Marty y Tom-, el doblaje de la serie es totalmente acertado.

Mountain Men es una serie del Canal History Channel, estrenada en mayo de 2012. Hasta la fecha en España se han emitido 55 capítulos de 42 minutos, pertenecientes a las 5 primeras temporadas. La sexta temporada acaba de iniciar su emisión en EE.UU.. Un aliciente más para no perderla de vista.

http://www.history.com/shows/mountain-men



"" El Predicador dice que es el fin del mundo
Y que el río Mississippi puede llegar a secarse
Los precios siguen subiendo y la Bolsa en caída libre
Pueden atracarte si te dejas caer por la capital

Yo vivo en el bosque, como se ve
Mi mujer, mis hijos, los perros y yo
Tengo un rifle y un cuatro por cuatro,
Un tipo de campo sabe sobrevivir, 
la gente del país sabe sobrevivir




Soy capaz de arar un campo durante todo el día, 
puedo pescar siluros desde el atardecer al amanecer
Hacemos nuestro propio whisky y nuestro propio tabaco
No es demasiado, pero mucho más de lo que otros saben hacer
Crecemos con buenos tomates maduros y vino casero
Un tipo de campo sabe sobrevivir, la gente del país sabe sobrevivir

Porque no se nos puede matar de hambre ni hacernos correr
Porque nos hemos criado entre escopetas
Damos las gracias y decimos señora
Y si no es lo que decimos, jamás maldecimos




Venimos de las minas de carbón de Virginia Occidental
De las Montañas Rocosas y los cielos del Oeste
Podemos pelar un dólar, podemos cabalgar una carrera al galope
Un tipo de campo sabe sobrevivir, la gente del país sabe sobrevivir

Tenía un buen amigo en la ciudad de Nueva York
No me llamaba por mi nombre, solo Hillbilly
Mi abuelo me enseñó a vivir de la tierra
El suyo le enseñó a ser un hombre de negocios

El me mandaba fotos de las noches de Broadway
Y yo le enviaba un poco de vino casero
Sin embargo, fue asesinado por un hombre con una navaja
Por cuarenta y tres dólares, mi amigo perdió la vida

Me encantaría escupir a la cara a aquel tipo
Y dispararle con mi revólver del cuarenta y cinco
Porque un chico de campo sabe cómo sobrevivir
la gente del campo sabe sobrevivir

Porque no se nos puede matar de hambre ni hacernos correr
Porque hemos crecido entre escopetas
Damos las gracias y decimos señora
Y si no es lo que decimos, jamás maldecimos

Somos del norte de California y el sur de Alabama
De pequeñas ciudades a lo largo de toda esta tierra
Sabemos despellejar un ciervo y cabalgar al galope
Un tipo de campo sabe sobrevivir, la gente de país debe sobrevivir
Un tipo de campo sabe sobrevivir, la gente de campo sabe sobrevivir ""







(Traducción adaptada de la canción de Hank Williams Jr."Country Boys Can Survive".)



Desde sus primeros patrones como prenda de trabajo a finales del XIX hasta la década de los 70, la ropa vaquera fue asimilada como un producto joven y símbolo de libertad. Estrellas de cine, diseñadores de moda, nuevos acabados y distintos estilos de confección, dieron alas a los jeans para saltar las barreras culturales e implantarse por todo el mundo. Una expansión que se vió favorecida por la aparición del videoclip y su adopción por el relato publicitario, en los primeros años de la década de 1980.



Entre todas las firmas y modelos de jeans el más popular es aún hoy el modelo 501 de Levi Strauss. La firma creadora de los vaqueros buscaba visibilidad para la marca y encontró en la televisión el canal perfecto para poner de moda su modelo más señero, el 501. Moda, televisión, videoclip, mercadotecnia..., se fraguaba la tormenta perfecta. En la búsqueda de un argumento provocador, la publicidad establecería un potente vínculo entre sexualidad y jeans, una idea que dio lugar a un buen puñado de anuncios y ayudó a hacer de los pantalones vaqueros el artículo de moda definitivo por varias generaciones. 

El primer anuncio de televisión en combinar estos elementos se emitió en 1985. En él, el cantante de quinceañeras Nick Kamen se quitaba los pantalones en una lavandería pública y esperaba a terminar la colada vestido sólo con ropa interior. Mientras se lavan sus pantalones y se describen un puñado de actitudes ante la indiferencia del chico, suena evocadora la música de Marvin Gaye y finalmente se impresiona "Levis, encogen para adaptarse". ¡Sólo podían ser unos 501!.


"Laundrette" (1985), "I Heard It Through The Grapevine" de Marvin Gaye.

Esta escena genial convirtió a Kamen en un sex symbol instantáneo y algunos años después, en el 2000, el spot quedó en cuarto lugar entre los 100 mejores comerciales de TV de todos los tiempos. Hoy día pocos recuerdan la carrera musical de Kamen, sino que el principal hito de su carrera bien puede haber sido protagonizar esta pieza. ¡Milagros del marketing!. 

La sexualidad de los jeans propagó su popularidad como una llama en agosto y Levi Struss Co. consiguió un vehículo magnífico para convencer a la juventud mundial de las virtudes del modelo 501. Otros fabricantes importantes como Lee o Wrangler, igualmente en pugna por abordar un mercado más amplio que el ámbito doméstico, también se beneficiaron de un ideal picante que se hizo extensivo a los jeans en general.
 


                           "Parting" (1987), "When A Man Loves A Woman" de Percy Slage.

Los anuncios del 501 proliferaron en adelante, a mayor gloria de la marca y para delicia de nostálgicos. El patrón es similar en muchos anuncios de aquella época: ambientación cincuentera, "vintage" que se dice ahora, magnífica música americana con toques revival (soul, blues, rock y alguna nota western) y un concierto de poses, miradas y actitudes de las que crease escuela el mítico Jimmy Dean. La atracción sexual flota en el ambiente, rápidamente nos hacemos una idea del contexto en que se manejan los protagonistas y cómo saltan chispas a sugerencia de la desnudez y los jeans de por medio.



"Refrigerator" (1988), "Mannish Boy" de Muddy Watters.


"Pick Up" (1989), "Be My Baby" de Las Ronettes.

La realización es ágil, la fotografía bellísima, el montaje perfecto, no hacen falta diálogos con una banda sonora que se ajusta a las imágenes como un guante, o como un 501 dicho sea de paso. La composición es bien elocuente a la hora de dejar claro el mensaje: ceñirse unos jeans es entrar en un territorio íntimo, respirar una libertad descarada o iniciar un camino de rebeldía.


"Bath" (1986), "Wondeful World" de Sam Cooke.


"Prison" (1990), con Brad Pitt. "20th Century Boy" de T-Rex.


"Biker" (1991), "The Joker" de Steve Miller Band.

En resumen, pequeñas obras maestras que cuentan una historia en apenas un minuto y quedan un regusto a oldie americano envejecido en gramola de vinilos. Exquisitas piezas que es irresistible volver a ver, para revivir las sensaciones que esperan al enfundarse en unos maravillosos 501.


                                                            "Creek" (1994). "Inside". 




Bien lo puso en boca de Del Gue, Sydney Pollack, en su despedida del inefable Jeremías Johnson. También lo supo Grizzly Adams, otra alma solitaria buscando empezar una nueva vida sin vecinos, y muchos otros, en lo que no es sino un secreto a voces repetido sin cesar en la historia de los hombres: la llamada de la montaña.

Las montañas son ese mundo aparte que clama por su conquista para redención de los hombres. Su pureza y rotunda presencia, alzándose sobre neveros y bosques, invocan a quien es capaz de leer en los pétreos labios de sus costuras, la propuesta de un nuevo y redentor comienzo. Un viaje con la promesa de olvidar los fuegos del mundo civilizado y un desafío al arrojo de aventureros, antisociales o fugitivos, optando por la introspección, el desamparo y las alimañas, frente a la jauría humana y cotidiana de poblados y ciudades. Aún hoy, el mensaje permanece audible para quienes no terminaron por desconectar los sentidos a la magnificencia de la naturaleza. 


" -¿No es maravilloso?. Yo les dije a mis padres que me venía a las montañas para vivir de la caza. ¡Casi les maté del disgusto!. Dijeron: 'Hijo, sigue viviendo aquí, aquí es donde viven las personas. La montaña es para las fieras y para los salvajes'. Yo les dije: 'Madre, las Montañas Rocosas son la médula de mundo' ...¡y vive Dios que tenía razón!."



He aquí el mundo encantador del Principio, el maravilloso país de las Montañas Rocosas anclado en el espinazo de las Américas, un reino natural y salvaje en el cénit de la Gran Divisoria, rompiendo aguas a dos oceános desde el corazón de Norteamérica. Sin embargo, pese a su majestuosidad y belleza, las Rocky Mountains no serían más que otro accidente geográfico sobre la piel de cascabel del Oeste sino fuese por tipos como Del Gue, Jeremías o Grizzly, por citar algunos, buscando su sitio ante la mirada amenazante de los indígenas, encarando las adversidades de la naturaleza, la soledad y las fieras, sin el consuelo de saber que hay para ellos un lugar en el valle al que poder regresar.  


" -...Aquí no hay leyes para los salvajes, ni manicomios para los locos, ni más iglesia que la naturaleza, ni más voz que la de los pájaros. 

Mi camino únicamente podrá detenerlo una bala o una flecha. Solo entonces dejaré mis huesos en esta tierra que me conquistó para siempre."


Montañas y montañeses, tramperos, pioneros, buscadores de oro, traficantes..., esa es la diferencia con otras cordilleras de más renombre, querido Del, no sus cumbres. Los Alpes y los Andes nos importan un carajo. Son el paisaje natural y humano del que tú formas parte, quienes han hecho posible que las Montañas Rocosas nos hayan conquistado como a ti, para siempre. Ese es tu legado, demonio, y el de tantos quienes buscaron en ellas nuevos horizontes de superación y desafío.


¡Cabalga con buen viento y cuida tu cabellera Del Gue, intrépido trampero!. Sobre las crestas de Colorado brilla el sol un día más para que álamos y arces renueven de color las faldas de las Rocosas. Ya es primavera en Colorado Springs.




   " Nosotros creemos en seguir nuestro propio camino, sin importar qué camino toma el resto del mundo.
   Creemos en evitar un sistema construído para aplastar a los individuos como insectos contra un parabrisas.
   Algunos de nosotros creemos en el hombre que está en lo alto. Todos creemos en mantenerlo unido al que está aquí abajo.
   Creemos en el cielo y no en el techo.
   Creemos en la libertad.
   Creemos en el polvo, la planta rodadora, el búfalo, las cordilleras, y montar en moto hasta la puesta de sol.
   Creemos en las alforjas, y creemos que los vaqueros hacían bien en llevarlas.
   Creemos en renunciar a darnos por vencidos ante alguien.
   Creemos en vestir de negro, porque no muestra suciedad ni debilidad.
   Creemos que el mundo se está volviendo blando ¡y no vamos a acompañarlo!.
   Creemos en excursiones motoristas que duran una semana.
   Creemos en las atracciones junto a la carretera, los perritos calientes de gasolinera y averiguar lo que hay tras la próxima colina.
   Creemos en motores que retumban, pistones del tamaño de cubos de basura, depósitos de gasolina diseñados en 1936, faros de la talla de los de un tren de carga, cromo y pintura metalizada.
   Creemos en las yantas y las calaveras.
   Creemos que la vida es como tú te la haces, y nosotros la hacemos como un ardiente viaje.
   Creemos que la máquina en la que te sientas puede decirle al mundo exactamente donde te levantas.
   No nos importa lo que crean los demás.
   ¡Amén! "




(El Credo Harley-Davidson: Vídeo "Live by it" subtitulado en español por The Jack)


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