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Antes de aquella Navidad del 54 Johnny Ace tenía en su mano todo lo que un joven de 25 años podía llegar a desear. Mucho más de lo que ningún otro muchacho afroamericano de Tennessee pudiese siquiera imaginar. En tan sólo un par de años había conseguido poner rumbo a una prometedora carrera musical, el dinero fluía generoso tras cada espectáculo y los amantes de todo el país arrullaban a la luna cobijados bajo el manto de sus melodías. 

A pesar de su apellido artístico, el éxito de Johnny Ace tenía más que ver con su talento musical que con la suerte. Había venido al mundo en Memphis, Tennessee, como John Marshall Alexander, hijo de predicador baptista, y dado sus primeros gorgoritos gospel en la misa dominical. El chico tenía oído, por lo que sus padres le procuraron clases hasta adquirir soltura con el piano y la composición. Tras un turbulento paso por la Marina, Alexander vagabundeó por los círculos musicales de Memphis, ungiendo como pianista en algunas bandas de cierto postín, hasta entrar a formar The Beale Streeters. También alternaría en el mundo del blues tocando con la banda de BB King, aún en los primeros años de su carrera. Su oportunidad para despuntar llegó cuando el vocalista Bobby Bland fue reclamado por el Ejército. Alexander ocupó su puesto a cargo de las tareas vocales casi al tiempo en que la banda comenzaba sus actuaciones en la radio local WDIA.

Las cualidades artísticas del joven artista no pasaron desapercibidas para el productor de la emisora, que le convenció para firmar con Duke Records (originalmente un sello de de la propia WDIA de Memphis) y transformó finalmente en 'Johnny Ace', allá por 1952. Su primera grabación, la balada "My Song", logró ponerle en el mapa al encabezar las listas de R & B durante nueve semanas. Ace comenzó a explotar su reciente éxito viajando de gira con su banda, a menudo en compañía de otra estrella del momento, la gran Willie Mae 'Big Mama' Thornton que inspirase a Elvis para "Thats All Right Mama".

Los éxitos empezaron a sucederse vertiginosamente. Cada nuevo tema de Johnny que salía del estudio se convertía en hit a las pocas semanas. Su figura fue adquiriendo notoriedad en el panorama musical adolescente y traspasando las barreras raciales de la época. En los siguientes dos años, Johnny colocó ocho melosos hits en las listas de éxitos, incluyendo "Cross My Heart", "Please Forgive Me", "The Clock", "Yes, Baby" y "Never Let Me Go". Girando una y otra vez desde las radios locales, las edulcoradas estrofas de Johnny Ace, el As de corazones, fueron la banda sonora de los sueños románticos de toda una generación.



Si los discos de Ace se vendían muy bien para aquellos tiempos, sus actuaciones en vivo no se quedaban atrás; casi 350 pases al acabar 1954. Viajes, fiestas, chicas, trajes de seda y zapatos de cocodrilo. Con toda la traza de un joven gangster, Johnny había conseguido un revólver de calibre 22 con el que gustaba pavonearse probando puntería y fanfarroneando en arriesgados juegos. Tal vez por indigestión de la repentina fama, la joven estrella asumió que estaba tocado por la fortuna. Cruzando el país de show en show, conduciendo firme hacia su destino, el As de corazones sembraba de baladas tiernas el imaginario adolescente, mientras revólver en mano agujereaba las señales de tráfico que le salían al paso. 

No resultó extraño que en diciembre de 1954 Johnny Ace fuese designado Artista Destacado en una encuesta organizada entre los disk-jockeys de los Estados Unidos. Después de viajar durante todo el año, Ace había llegado al Auditorio de la ciudad de Houston, Texas, para el último concierto de la gira el día de Navidad de aquel 1954. Por la tarde, el cantante había querido rubricar su buena racha comprando a tocateja un fabuloso Oldsmovile 1955. A su volante regresaría a Memphis como merecía toda una estrella. Después de cerrar el trato, Johnny volvió al teatro y estuvo tomando unas copas en el backstage. Uno de los músicos fue testigo de cómo en un descanso entre funciones, el As sacó su inseparable 22 y la hizo girar sobre la mesa.

- ¿Estás loco, Johnny? !Ten cuidado con esa cosa! -dijo alguien

- No pasa nada -respondió Ace. Tomó el arma, apuntó con ella a su novia y a otra chica que se encontraba al lado, y luego se la llevó a la cabeza esbozando una sonrisa burlona- La pistola no está cargada, ¿véis...?

Johnny apretó el gatillo y la detonación llegó hasta las filas del público a la entrada del teatro. Se había descerrajado la sesera. Big Mama salió despavorida del camerino gritando: "¡¡Johnny Ace se ha matado, Johnny Ace se ha matado!!"

Y así fue como Johnny Ace dejó este mundo, pletórico de éxito y fama, a la pronta edad de 25 años. Su única vida por delante sería desde entonces la vida eterna. Un despiste inoportuno, alguien incluso habló de asesinato...; una insensatez, en cualquier caso, se lo llevó al otro barrio. Johnny regresó a Memphis, pero en vez de volver en su flamante carro como preveía, lo hizo en un furgón refrigerado. Su funeral se ofició en el Templo Clayborn de Memphis el 9 de enero de 1955. Asistieron unas 5.000 personas. 


Los éxitos de Johnny Ace fueron compilados y lanzados en un disco denominado "Johnny Ace Memorial Album". La canción "Plending My Love" se convirtió en N º 1 durante diez semanas a partir del 12 de febrero de 1955. Duke Records anunció que de las tres grabaciones de Johnny Ace, junto con el "Hound Dog" de Thornton, se habían vendido más de 1.750.000 copias. La revista Billboard sentenció sin rodeos que la muerte de Ace había creado una de las mayores demandas de discos desde la muerte de Hank Williams, ocurrida un par de años antes. 

El mercado póstumo se ponía en marcha. La tragedia de Johnny Ace inauguró además la serie de prematuras desapariciones de jóvenes estrellas del mundo de la música, entre mediados de los años 50 y comienzos de los 60.

Los homenajes al As de corazones se han prodigado desde entonces en toda suerte de medios y por lo más variados artistas. No hay película que trate de ilustrar la época de los dorados 50 que no cuente con unas notas de Johnny Ace en su banda sonora. Más próxima en el tiempo, de 2011, es la canción que el guitarrista californiano Dave Alvin hizo del luctuoso suceso de su muerte, la trepidante "Johnny Ace Is Dead" incluída en su álbum Eleven Eleven.





Y ahora, si ha abierto horizontes llegando hasta aquí, tal vez sea tan amable de dejar su aportación en los comentarios. 




El descubrimiento del momento pasa por la figura del cantautor Terry Callier, padre del autoproclamado Sonido del Nuevo Folk, gracias a uno de sus éxitos, el electrizante tema "You Goin' Miss Your Candyman". Una canción con esencia hipnótica y aires étnicos, propiciada por la persistente secuencia de bajo y percusión, junto al lamento grave de la voz del cantante.

Llevado a golpe de cuerdas hacia una dimensión de notas acústicas, rumbo al cálido trópico sugerido por la percusión, o sorteando estelas urbanas sobre vientos y metales, no imaginé hallar a un artista de color como Callier detrás. De un principio, la música traía raíces camperas y eso era cosa de blancos, pensaba, aunque en la letra repetitiva o la voz áspera intuyese otro origen. De cualquier modo, tal fusión de sonidos fue suficiente para conducirme a descubrir su figura y vencer nuevamente viejos prejuicios.


Música negra que no lo parece, ni tiene por qué. Porque las etiquetas son engañosas, reductivas e incompletas, además de absurdas. Porque la negritud y su fusión cultural son el mejor exponente del alma de América. Porque la música no tiene otro color que el que dibujan las emociones que transmite. Otro hallazgo más para sumar al abultado santoral de artistas afroamericanos que me reclaman insistentemente la atención y la escucha, de un tiempo a esta parte.


Así pues, he aquí al amigo Terry con su cariñosa advertencia de Candyman, el vendedor de golosinas. "You Goin' Miss Your Candyman" cuenta la despedida anunciada del camello, aquel cuya marcha te dejará el mono de sus golosinas y el lamento por su ausencia, Míster Candyman. Como puede dejar secuelas engancharse a su sonido hipnótico, punzante y liberador. Se le presenta a uno una canción así y ya no para de escucharla hasta grabarla en un surco del cerebro para poder escucharla dentro de sí a todas horas. Avisado está.







Como fue el caso, la vida y obras de Terry Callier tienen el interés de descubrir en ellas a un artista pleno de humanidad y talento. Díganle a Wikipedia que van de mi parte.


Juan Bautista de Anza
De Halloween al Black Friday, del "truco o trato" a la Acción de Gracias, Noviembre ha pasado de lúgubre estela de difuntos a festivo infantil y estampida consumista. Aunque este sitio pueda sugerir lo contrario, es asombroso como nuestra tradición de luto y renuncia sucumbe ante la satisfacción inmediata de regalos y compras. ¡No hay color! El signo de la globalización está claro y no hay nostalgia que valga, pues aún esta colonización es preferible a la opresiva tutela del santoral.

Esa constatación me ha llevado al tiempo en el que Norteamérica respiraba en español y los colonizadores eran nuestros ancestros, antes de que ningún receloso puritano pisase la bahía de Jamestown. Y es por ello, no más por devolverles el favor de hacernos vivir en Yankilandia, quieras o no, cada mes de Noviembre, que traigo a estas páginas siquiera el nombre y apuntes de algunos significados españoles que dejaron huella en los Estados Unidos.

Por supuesto, fueron un sinfín los hombres y mujeres que buscaron su particular sueño americano por las soledades del subcontinente. Protagonistas o anónimos, todos forman parte de una presencia desarrollada por más de tres siglos y luego olvidada por propios y extraños. Un motivo más para reivindicar su legado.


ALVAR NÚÑEZ CABEZA DE VACA
Cabeza de Vaca
El primer europeo que hizo la ruta americana. El bueno de Alvar, junto a tres compañeros de naufragio en Florida, fueron los primeros en cruzarse los States poco menos que de costa a costa ...¡a patitas!. Fue el primer blanco en contemplar manadas de bisontes y tomar contacto con las tribus indígenas, trabando como mercader y curandero. 

Cabeza de Vaca padeció lo suyo andándose las inmensidades del Far West a lo largo de ocho años y de todo dejó relación en su obra "Naufragios", antes de topar de nuevo con otros españoles por Chihuahua. Su peripecia le abrió camino a nuevos cargos y expediciones en Suramérica, de las que saldría malparado por su defensa de las Leyes de Indias. Acabó en España, como corresponde a los idealistas: enterrado en pleitos y sin un ducado.
Hernando de Soto

HERNANDO DE SOTO
La aventura de Hernando de Soto ya ha sido rememorada en estas páginas algún tiempo atrás. El descubridor del Mississippi encabezó una gran expedición malograda por los ataques indígenas, las enfermedades y los peligros del Bayou. El sur profundo fue su trampa y el Gran Río su tumba. Se cuenta en la entrada titulada: DE SOTO en el País de DIXIE

FRANCISCO VÁZQUEZ DE CORONADO
Coronado
Descubridor por delegación del Gran Cañón y explorador de las Grandes Praderas. Coronado alternó con indios pueblo, apaches y cheyennes, en su infructuosa búsqueda de las Siete Ciudades de Cíbola y el oro que supuestamente atesoraban. Ni una cosa ni la otra, sólo hierba, bisontes y tribus paupérrimas. 

Coronado tuvo que desistir de una expedición en la que había hipotecado su hacienda y la de 300 familias, y volver sobre sus pasos. En su aventura llegó hasta Kansas, en lo profundo de la América salvaje de aquellos días.



EL PADRE KINO
Padre Kino
Eusebio Francisco Kino no era español sino italiano, pero tanto monta. Explorador, geógrafo y misionero jesuita, fue un hombre dotado con un espíritu infatigable y gran inteligencia. En su tiempo la fe movía montañas y la suya, junto a sus reconocidos buenos oficios, consiguió mover al cristianismo a los indios del Nuevo México. Estableció 20 misiones entre Sonora y Arizona y puso la primera piedra para la Historia moderna del Suroeste. La figura del "Padre a Caballo" es venerada a ambos lados de la Frontera



FRAY JUNÍPERO SERRA
El Padre Serra llevó la luz de la civilización a California al tiempo que se dejó la piel en defensa de sus indígenas, su asistencia y desarrollo dentro de la nueva sociedad colonial. El franciscano mallorquín es la segunda personalidad más relevante de la presencia española en Estados Unidos y el único español de nacimiento que tiene estatua en el Capitolio

Fray Junípero Serra
Misionero y colonizador, fundó nueve misiones a lo largo del Camino Real en colaboración directa con algunas de las siguientes personalidades de esta lista. 

JUAN BAUTISTA DE ANZA
Las aventuras y batallas del heróe novomexicano descendiente de guipuzcoanos, Juan Bautista de Anza, aguardan un homenaje imposible para un país anmésico y atormentado. Como explorador y colonizador llegó a la bahía de San Francisco y pobló California con 240 colonos a los que condujo en un viaje épico a través de montañas y desiertos, desde el sur de Arizona. Como Gobernador pacificó Nuevo México venciendo a los comanches y ganándolos para el comercio. Con Anza el western hispano fue una realidad 100 años antes.

Juan Bautista de Anza

Desde sus primeros patrones como prenda de trabajo a finales del XIX hasta la década de los 70, la ropa vaquera fue asimilada como un producto joven y símbolo de libertad. Estrellas de cine, diseñadores de moda, nuevos acabados y distintos estilos de confección, dieron alas a los jeans para saltar las barreras culturales e implantarse por todo el mundo. Una expansión que se vió favorecida por la aparición del videoclip y su adopción por el relato publicitario, en los primeros años de la década de 1980.



Entre todas las firmas y modelos de jeans el más popular es aún hoy el modelo 501 de Levi Strauss. La firma creadora de los vaqueros buscaba visibilidad para la marca y encontró en la televisión el canal perfecto para poner de moda su modelo más señero, el 501. Moda, televisión, videoclip, mercadotecnia..., se fraguaba la tormenta perfecta. En la búsqueda de un argumento provocador, la publicidad establecería un potente vínculo entre sexualidad y jeans, una idea que dio lugar a un buen puñado de anuncios y ayudó a hacer de los pantalones vaqueros el artículo de moda definitivo por varias generaciones. 

El primer anuncio de televisión en combinar estos elementos se emitió en 1985. En él, el cantante de quinceañeras Nick Kamen se quitaba los pantalones en una lavandería pública y esperaba a terminar la colada vestido sólo con ropa interior. Mientras se lavan sus pantalones y se describen un puñado de actitudes ante la indiferencia del chico, suena evocadora la música de Marvin Gaye y finalmente se impresiona "Levis, encogen para adaptarse". ¡Sólo podían ser unos 501!.


"Laundrette" (1985), "I Heard It Through The Grapevine" de Marvin Gaye.

Esta escena genial convirtió a Kamen en un sex symbol instantáneo y algunos años después, en el 2000, el spot quedó en cuarto lugar entre los 100 mejores comerciales de TV de todos los tiempos. Hoy día pocos recuerdan la carrera musical de Kamen, sino que el principal hito de su carrera bien puede haber sido protagonizar esta pieza. ¡Milagros del marketing!. 

La sexualidad de los jeans propagó su popularidad como una llama en agosto y Levi Struss Co. consiguió un vehículo magnífico para convencer a la juventud mundial de las virtudes del modelo 501. Otros fabricantes importantes como Lee o Wrangler, igualmente en pugna por abordar un mercado más amplio que el ámbito doméstico, también se beneficiaron de un ideal picante que se hizo extensivo a los jeans en general.
 


                           "Parting" (1987), "When A Man Loves A Woman" de Percy Slage.

Los anuncios del 501 proliferaron en adelante, a mayor gloria de la marca y para delicia de nostálgicos. El patrón es similar en muchos anuncios de aquella época: ambientación cincuentera, "vintage" que se dice ahora, magnífica música americana con toques revival (soul, blues, rock y alguna nota western) y un concierto de poses, miradas y actitudes de las que crease escuela el mítico Jimmy Dean. La atracción sexual flota en el ambiente, rápidamente nos hacemos una idea del contexto en que se manejan los protagonistas y cómo saltan chispas a sugerencia de la desnudez y los jeans de por medio.



"Refrigerator" (1988), "Mannish Boy" de Muddy Watters.


"Pick Up" (1989), "Be My Baby" de Las Ronettes.

La realización es ágil, la fotografía bellísima, el montaje perfecto, no hacen falta diálogos con una banda sonora que se ajusta a las imágenes como un guante, o como un 501 dicho sea de paso. La composición es bien elocuente a la hora de dejar claro el mensaje: ceñirse unos jeans es entrar en un territorio íntimo, respirar una libertad descarada o iniciar un camino de rebeldía.


"Bath" (1986), "Wondeful World" de Sam Cooke.


"Prison" (1990), con Brad Pitt. "20th Century Boy" de T-Rex.


"Biker" (1991), "The Joker" de Steve Miller Band.

En resumen, pequeñas obras maestras que cuentan una historia en apenas un minuto y quedan un regusto a oldie americano envejecido en gramola de vinilos. Exquisitas piezas que es irresistible volver a ver, para revivir las sensaciones que esperan al enfundarse en unos maravillosos 501.


                                                            "Creek" (1994). "Inside". 






Si hubiese que destacar una personalidad sobre las de su tiempo, un representante de la vida y la gente de la Frontera, esa persona sería sin lugar a dudas William Frederick Cody, eternamente conocido como Buffalo Bill, el rey de la Frontera. Así fue denominado en 1869 por un periódico neoyorkino y puede decirse que cumplió con el apelativo a rajatabla. El coronel Cody resume en su biografía casi un siglo de historia americana, siendo fiel ejemplo del empuje y la iniciativa de su sociedad y nación. 


Bill fue colono, correo, cazador, trampero, explorador, soldado, diplomático, indigenista, estrella del espectáculo, empresario y celebridad mundial. Viajó por medio mundo y alternó en cortes y palacios con las principales figuras del momento. Pocos de ellos habían visto tanto mundo ni estado en tantas salsas como él. Nadie como Buffalo Bill para resumir y aunar en su biografía la representación del ideal aventurero del Oeste americano, el amaño de la narrativa histórica de los Estados Unidos, la utilización del espectáculo como vehículo para la política o la defensa de las comunidades indígenas. Con William F. Cody el Oeste romántico pasó a ser patrimonio universal.






Estas son algunas de sus imágenes, el retrato del hombre imposible de desligar del personaje y sus poses decimonónicas. A Bill le gustaba la cámara, está claro, y supo poner de su lado el novedoso poder que las imágenes adquirían en su tiempo como soporte narrativo. Estas fotografías recorren su vida pero también nos presentan la forja de un sueño, el fin de una época y el nacimiento de un mito, el primero del gran show americano.


 
 

"Si un buen caballo no tenía tendencia a saltar un obstáculo o dejarse llevar, le dejaba elegir su propio camino". W.F. Cody



 
 

"El mejor de cuantos Sioux he conocido a lo largo de mi vida, en cualquier tiempo y lugar, fue el maravilloso y veterano combatiente Toro Sentado, cuya vida será escrita un día por algún historiador que realmente pueda hacerle justicia". W.F. Cody

     

 


"Solo ha sentido cuanto un hombre puede sentir quién vaga sobre las praderas del lejano Oeste, bien armado, y montado en un corcel veloz y galante".  W. F. Cody






  

"El Oeste de los viejos tiempos, con su carácter fuerte, sus severas batallas y sus inmensas extensiones solitarias, nunca se borrará de mi mente". W. F. Cody


  
 


Bien lo puso en boca de Del Gue, Sydney Pollack, en su despedida del inefable Jeremías Johnson. También lo supo Grizzly Adams, otra alma solitaria buscando empezar una nueva vida sin vecinos, y muchos otros, en lo que no es sino un secreto a voces repetido sin cesar en la historia de los hombres: la llamada de la montaña.

Las montañas son ese mundo aparte que clama por su conquista para redención de los hombres. Su pureza y rotunda presencia, alzándose sobre neveros y bosques, invocan a quien es capaz de leer en los pétreos labios de sus costuras, la propuesta de un nuevo y redentor comienzo. Un viaje con la promesa de olvidar los fuegos del mundo civilizado y un desafío al arrojo de aventureros, antisociales o fugitivos, optando por la introspección, el desamparo y las alimañas, frente a la jauría humana y cotidiana de poblados y ciudades. Aún hoy, el mensaje permanece audible para quienes no terminaron por desconectar los sentidos a la magnificencia de la naturaleza. 


" -¿No es maravilloso?. Yo les dije a mis padres que me venía a las montañas para vivir de la caza. ¡Casi les maté del disgusto!. Dijeron: 'Hijo, sigue viviendo aquí, aquí es donde viven las personas. La montaña es para las fieras y para los salvajes'. Yo les dije: 'Madre, las Montañas Rocosas son la médula de mundo' ...¡y vive Dios que tenía razón!."



He aquí el mundo encantador del Principio, el maravilloso país de las Montañas Rocosas anclado en el espinazo de las Américas, un reino natural y salvaje en el cénit de la Gran Divisoria, rompiendo aguas a dos oceános desde el corazón de Norteamérica. Sin embargo, pese a su majestuosidad y belleza, las Rocky Mountains no serían más que otro accidente geográfico sobre la piel de cascabel del Oeste sino fuese por tipos como Del Gue, Jeremías o Grizzly, por citar algunos, buscando su sitio ante la mirada amenazante de los indígenas, encarando las adversidades de la naturaleza, la soledad y las fieras, sin el consuelo de saber que hay para ellos un lugar en el valle al que poder regresar.  


" -...Aquí no hay leyes para los salvajes, ni manicomios para los locos, ni más iglesia que la naturaleza, ni más voz que la de los pájaros. 

Mi camino únicamente podrá detenerlo una bala o una flecha. Solo entonces dejaré mis huesos en esta tierra que me conquistó para siempre."


Montañas y montañeses, tramperos, pioneros, buscadores de oro, traficantes..., esa es la diferencia con otras cordilleras de más renombre, querido Del, no sus cumbres. Los Alpes y los Andes nos importan un carajo. Son el paisaje natural y humano del que tú formas parte, quienes han hecho posible que las Montañas Rocosas nos hayan conquistado como a ti, para siempre. Ese es tu legado, demonio, y el de tantos quienes buscaron en ellas nuevos horizontes de superación y desafío.


¡Cabalga con buen viento y cuida tu cabellera Del Gue, intrépido trampero!. Sobre las crestas de Colorado brilla el sol un día más para que álamos y arces renueven de color las faldas de las Rocosas. Ya es primavera en Colorado Springs.






"" No puedo esperar para volver a casa. 
Donde el sol es siempre agradable y cálido. 

No puedo esperar para volver a casa. 
Donde el sol es siempre agradable y cálido. 

Tienes que saber que me estoy helando aquí.
Y que el viento aullador me cala los huesos con gran escalofrío. 

Oh debes saber, cómo tirité hasta quedarme dormido, anoche. 
Este frío no me deja vivir. 
Fue entonces que me desperté y me di cuenta de que 
¡este no es lugar para mí!. 

Y no puedo, no puedo esperar para volver a casa. 
Donde el sol siempre es agradable y cálido. 

Entérate que me estoy helando aquí. 
Y que el viento aullador me cala los huesos con gran escalofrío.

Me uní a algunos buenos viejos amigos
que me llevaron lejos por un instante,
dejando atrás este sitio, este frío callejón, nena. 
Al lugar cálido que me podía esperar. 

Oh, no puedo, no puedo esperar para volver a casa. 
Donde el sol siempre es agradable y cálido.


Estoy tan feliz de reencontrarlos a todos, 
que ese viejo y maldito escalofrío se ha ido. ""
              

(Traducción adaptada del tema "Nice & Warm" de Tab Benoit.)






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