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Al inicio de los 90 aún quedaba resquicio a la fantasía, el mito y la horterada. Había ideales en que creer, fumar era un placer y ser bebedor daba prestigio. Las chicas adoraban a canallas sin blanca, los amigos eran para siempre y ser macarra una cuestión de principios.

Este es un homenaje crítico a la par que devoto, a los míticos personajes del rockero motero y el cowboy solitario, glosados en una película videoclub. Dos justicieros en la carretera, errantes por los horizontes de América. Estas claves nos ocupan, empecemos por el principio.


Una introducción magistral
Cualquiera con aficción por el cine sabe apreciar el detalle de unos buenos títulos de apertura, a modo de prólogo. Resultan particularmente relevantes cuando forman parte del discurso de la película, retratan el paisaje, el contexto ambiental o los personajes de la historia. En algunas ocasiones son tan brillantes y efectivos que trascienden la cinta a la que sirven o directamente la superan, para conformarse en pequeñas obras narrativaA.

El caso que nos ocupa no puede ser más evidente. Apoyada por un temazo de la banda de rock Bon Jovi, quizás la mejor canción de toda su carrera, la intro de 'Harley Davidson & the Marlboro Man' ('Dos duros sobre ruedas', como fue titulada en España) consigue transportarnos al universo mágico de las roads-movies "a lomos de un caballo de acero", en un fulgurante viaje de Texas a California. Un efectista trailer que apunta muy alto para enmarcar las aventuras del par de ochenteros e incluso deja en evidencia el videoclip original de la banda de New Jersey, un tema musical que ellos mismos se ocuparon de definir como su 'himno nacional'.




Los reyes del videoclub
En 1991 el australiano Simon Wincer lanzó a las pantallas 'Harley Davidson & the Marlboro Man' ('Dos duros sobre ruedas'), cosechando un absoluto fracaso de crítica y público. Después de labrarse una larga trayectoria en la televisión, para su séptima película tuvo la suerte que contar con dos estrellas fugaces del cine y la tele de los 80, intentando mantenerse en la pomada: Mickey Rourke, quien después de su interpretación en 'El Corazón del Ángel' y el calentón de 'Nueve Semanas y Media', sentía que ya nada era igual para él aunque siguiese haciendo lo mismo, y el rubiales melenas Don Johnson, que venía del éxito televisivo 'Corrupción en Miami' pero que no consiguía brillar sin la sombra de sus antiguos compañeros en la ficción, el poli negrata Ricardo Tubbs y su hermético superior el teniente Castillo.

La historia intentaba emular éxitos anteriores del estilo de 'Arma Letal' o de cualquier otra parejita de hecho tan en boga por entonces. Una especie de 'Dos Hombres y un Destino', donde Butch Cassidy era un motero rockero malavida con buen corazón y Sundance Kid un residuo del Rodeo viviendo en su particular paranoia country. Pero nadie estuvo a la altura. Rourke, bronceado y aceitoso, luciendo sus enseñas de tipo duro (apunte tierno de cicatriz, pendiente de bucanero y corte a lo pelo pincho), repitió una vez más sus consabidos tics sonriendo bobamente en cada plano, mientras Johnson patinó todo el metraje sin encontrar su sitio como vaquero lumpen, descabalgado de la moda italiana y los Ferrari Testarosa.

La trama tampoco ayudó. Hilvanada en un guión ridículo la película resultó un estrepitoso fiasco de crítica y público. Entre unos y otros habían compuesto una historia repleta de tópicos, machista, excesiva, absurda, sensibilera, incorrecta, mitómana..., que sin embargo, a golpe de olvido y videoclub, consiguió abrirse paso hasta la catalogación como producto de serie alfabética y estandarte del frikismo tardo-ochentero. Y así es como hoy la vemos, ¡un divertimento genial! Mamporros y clásicos golpes de efecto, entrañables clichés de simpatía, aventura y camaradería, malos malísimos y amantes explosivas, explosiones de queroseno y tiroteos con armas automáticas ...la excusa perfecta para perder una tarde recordando los jirones que nos hemos dejado en pos de la exquisitez moral.

No obstante, quizás un exceso de nostalgia pueda ser contraproducente. En su prevención, este acertado clip resume con elocuencia 98 minutos de peli de culto. Magnificamente editado por Mknyeverr (Canal de Youtube), con el soporte del tema 'Real Gone', otra interesante perspectiva rockera por parte de la estrella del country Billy Ray Cyrus, este vídeo les dará la medida de las peripecias de Harley Davidson y el Hombre Marlboro, incluyendo la postinera e hiperreproducida escena final del film, protagonizada por Harley. Ya lo avisamos, desde entonces se les buscan, vivos o muertos.




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