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Hay historias que se graban en la memoria y ya puede pasar años que ahí permanecen, latentes, a la espera de volver a ser leídas, vistas o escuchadas, para revivir las sensaciones que alguna vez nos otorgaron, entender su evocación como reflejo del pasado, o tal vez observarlas bajo un nuevo enfoque.

Es lo que sucede con la primera de las historias que componen la película "Creepshow 2" de 1987, "El viejo jefe Cabeza de Madera", un episodio de venganza con cuño espiritual indígena. La acción se sitúa en un desvencijado poblado llamado Río Muerto, donde un matrimonio de ancianos comerciantes, sufrirá las consecuencias de una difícil convivencia, generacional y étnica.




"Creepshow 2" es una película de terror y suspense basada en historias de las revistas EC Comics, una publicación especializada en temas de misterio, ciencia ficción y terror en las décadas de 1940 y 1950. Creadas por Stephen King, escritas por George A. Romero y dirigidas por Michael Gornick, tres inquietantes historietas van desfilando por la pantalla a modo de tebeo.

Más allá de la propuesta sobrenatural de "El viejo jefe Cabeza de Madera", si en un primer visionado impresionan las contradicciones del joven indio Sam Luna Blanca, resuelto a abrirse paso hasta el éxito pasando por encima del legado tribal, su revisión regala la dignidad y ternura de esa pareja de tenderos al frente del General Store local. De forma concisa y brillante, con diálogo e interpretación certeros, se nos esboza la trayectoria vital de los protagonistas, pareja a la del propio pueblo de Río Muerto. Así es como obran las buenas narraciones, siempre dispuestas a aportar interesantes detalles o nuevas sensaciones, aparte de la diferente mirada de quien las interioriza después de largo tiempo.

Llama la atención que hayan de ser las creencias y supersticiones de los nativos americanos el referente moral de los efectos producidos por su propio desarraigo. De ese modo, los indios norteamericanos vivirían pues en una Reserva, no ya territorial sino también existencial, lo que no parece muy favorable a su integración. La historieta de Creepshow es sólo un pasatiempo, pero admite ciertas dosis de perspicacia.

Sobre unas primeras líneas de guión el popular George Kennedy está genial como el comerciante Ray Spruce. También destaca la actriz Dorothy Lamour en el papel de su esposa, tan absolutamente convincente como el actor indígena Frank Salcedo interpretando al jefe indio local. El resto de interpretaciones no son muy relevantes pero rinden al episodio.

A destacar el doblaje en la versión española, sobre todo por el personaje del jefe Benjamín Luna Blanca, doblado por una voz inolvidable y entrañable de la televisión de 1980. No es el vídeo que se reproduce, pero si el de mejor calidad de imagen encontrado. "El viejo jefe Cabeza de Madera" está disponible en el Canal Alma de Frontera junto con el resto de secuencias y videoclips del Blog.

Tradición, bondad, espiritualidad... El momento viene cargado de buenas intenciones, aunque "las buenas intenciones arruinaron este país" o se las lleve el viento una mañana, mientras el viejo Ray se afana en sacar brillo al guerrero indio tallado en madera a la puerta de su tienda. ¡Ah-ko-enne!






En 1985 un proyecto televisivo logró reunir a legendarias figuras del Rock&Roll en un tributo en vivo hacia Carl Perkins, acompañándole en la ejecución de muchos de sus legendarios éxitos. Junto a él se dieron cita Rosseane Cash, George Harrison, Ringo Starr y Eric Clapton, entre otros, para dar vida al concierto "Carl Perkins and friends: a Rockabilly sesión", grabado en Londres. En el vídeo, que llegó a superventas, las leyendas vivas de la música del momento hacían un justo reconocimiento a quien consideraban una pieza fundamental en el Rock and Roll.




Aquel mismo año, Carl fue incluído en The Nashville Songwriters Hall of Fame, primer paso para que en 1987 se le reconociera en el Rock and Roll Hall of Fame como uno de pioneros del género, a la vez que uno de sus más influyentes músicos.

El show contiene excelentes actuaciones musicales con toda la variedad de estilos que abarcó la carrera de Carl Perkins. Le asisten los buenos oficios de las personalidades que van desfilando por el escenario, mano a mano con el maestro, en un ambiente de camaradería, respeto y homenajes mutuos. Aunque todas son grandes actuaciones es de destacar la del también mítico Eric Clapton, con quien interpreta en primer lugar el clásico "Matchbox". Sin embargo, el rockabilly se destila con todo su magia cuando ambos genios tocan "Mean Woman Blues" y se alcanza uno de los momentos más intensos de vibrante Rock & Roll de todo el programa.


¡Disfrútalo y no olvides dejar tu impresión en los comentarios!






El concierto en su totalidad lo tienes disponible aquí: http://youtu.be/ph1HZ-Uq70I, y los hitos de la vida y carrera de Carl Perkins, en este otro enlace: http://www.rockabillyhall.com/CarlPerkins.html



Desde sus primeros patrones como prenda de trabajo a finales del XIX hasta la década de los 70, la ropa vaquera fue asimilada como un producto joven y símbolo de libertad. Estrellas de cine, diseñadores de moda, nuevos acabados y distintos estilos de confección, dieron alas a los jeans para saltar las barreras culturales e implantarse por todo el mundo. Una expansión que se vió favorecida por la aparición del videoclip y su adopción por el relato publicitario, en los primeros años de la década de 1980.



Entre todas las firmas y modelos de jeans el más popular es aún hoy el modelo 501 de Levi Strauss. La firma creadora de los vaqueros buscaba visibilidad para la marca y encontró en la televisión el canal perfecto para poner de moda su modelo más señero, el 501. Moda, televisión, videoclip, mercadotecnia..., se fraguaba la tormenta perfecta. En la búsqueda de un argumento provocador, la publicidad establecería un potente vínculo entre sexualidad y jeans, una idea que dio lugar a un buen puñado de anuncios y ayudó a hacer de los pantalones vaqueros el artículo de moda definitivo por varias generaciones. 

El primer anuncio de televisión en combinar estos elementos se emitió en 1985. En él, el cantante de quinceañeras Nick Kamen se quitaba los pantalones en una lavandería pública y esperaba a terminar la colada vestido sólo con ropa interior. Mientras se lavan sus pantalones y se describen un puñado de actitudes ante la indiferencia del chico, suena evocadora la música de Marvin Gaye y finalmente se impresiona "Levis, encogen para adaptarse". ¡Sólo podían ser unos 501!.


"Laundrette" (1985), "I Heard It Through The Grapevine" de Marvin Gaye.

Esta escena genial convirtió a Kamen en un sex symbol instantáneo y algunos años después, en el 2000, el spot quedó en cuarto lugar entre los 100 mejores comerciales de TV de todos los tiempos. Hoy día pocos recuerdan la carrera musical de Kamen, sino que el principal hito de su carrera bien puede haber sido protagonizar esta pieza. ¡Milagros del marketing!. 

La sexualidad de los jeans propagó su popularidad como una llama en agosto y Levi Struss Co. consiguió un vehículo magnífico para convencer a la juventud mundial de las virtudes del modelo 501. Otros fabricantes importantes como Lee o Wrangler, igualmente en pugna por abordar un mercado más amplio que el ámbito doméstico, también se beneficiaron de un ideal picante que se hizo extensivo a los jeans en general.
 


                           "Parting" (1987), "When A Man Loves A Woman" de Percy Slage.

Los anuncios del 501 proliferaron en adelante, a mayor gloria de la marca y para delicia de nostálgicos. El patrón es similar en muchos anuncios de aquella época: ambientación cincuentera, "vintage" que se dice ahora, magnífica música americana con toques revival (soul, blues, rock y alguna nota western) y un concierto de poses, miradas y actitudes de las que crease escuela el mítico Jimmy Dean. La atracción sexual flota en el ambiente, rápidamente nos hacemos una idea del contexto en que se manejan los protagonistas y cómo saltan chispas a sugerencia de la desnudez y los jeans de por medio.



"Refrigerator" (1988), "Mannish Boy" de Muddy Watters.


"Pick Up" (1989), "Be My Baby" de Las Ronettes.

La realización es ágil, la fotografía bellísima, el montaje perfecto, no hacen falta diálogos con una banda sonora que se ajusta a las imágenes como un guante, o como un 501 dicho sea de paso. La composición es bien elocuente a la hora de dejar claro el mensaje: ceñirse unos jeans es entrar en un territorio íntimo, respirar una libertad descarada o iniciar un camino de rebeldía.


"Bath" (1986), "Wondeful World" de Sam Cooke.


"Prison" (1990), con Brad Pitt. "20th Century Boy" de T-Rex.


"Biker" (1991), "The Joker" de Steve Miller Band.

En resumen, pequeñas obras maestras que cuentan una historia en apenas un minuto y quedan un regusto a oldie americano envejecido en gramola de vinilos. Exquisitas piezas que es irresistible volver a ver, para revivir las sensaciones que esperan al enfundarse en unos maravillosos 501.


                                                            "Creek" (1994). "Inside". 





Mi chico ha llegado a casa hoy con una moto Chopper, una motocicleta de esas que dejan atrás colinas y desiertos, devorando millas de carreteras solitarias barridas por el viento. Una máquina fascinante, grácil al tiempo que robusta, de deslumbrantes cromados y tierno ronrroneo, una delicia para la imaginación y los sentidos.

Tras la sorpresa inicial, una sensación que creí olvidada me ha recorrido con escalofrío. Al instante, he reaccionado y tratado de hacerle entender que si sigue por ese camino acabará convertido en una oveja negra. 


No es algo fácil de trasladar. Intentaré explicarme mejor a través del siguiente vídeo:





No sé. Aún no estoy seguro de haberle hecho comprender el verdadero significado de cuanto intento transmitirle. Más al contrario, puede entender con ello sólo una pura anécdota, algo que no compromete, una experiencia formidable, liviana y pasajera.

...como una custom, deslizándose rauda por la alfombra de asfalto, indiferente a la mirada de todos; como una esbelta águila de acero, sorteando valles y colinas con aplomo, directa al encuentro de nuevos horizontes...



...impulsada por un potente sentimiento de libertad anclado en lo más profundo del alma...



Al final me ha convencido. Ahora estoy deseando calzar mis viejas botas, rescatar del armario la chupa de cuero y rodar legendariamente hasta el ocaso.

¡Se me olvidaba!. Estos son mi nene y su moto, ¿a que dan envidia?.





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